“Nadie entre aquí si no conoce Geometría”
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martes, 9 de mayo de 2017

El orden geométrico del Universo en Spinoza


Baruch Spinoza es un filósofo holandés, de origen lusitano judío, cuyos ascendientes huyeron de la península ibérica, por las persecuciones religiosas. 
Su formación le llevó por el Antiguo Testamento, pero no dejó de explorar otros autores. Hay indicio que estudió la Cábala y a los neoplatónicos, en quienes tanto las matemáticas como la geometría, ocupan un lugar especial. 
La obra de Spinoza es extensa y controversial. En este trazado abordaremos un punto importante de su pensamiento: El Orden Geométrico del Universo. Spinoza (1632-1677) es un hombre del siglo XVII, tiempo de inicios de la Ilustración. En el próximo siglo, el XVIII, es el de la francmasonería moderna, la cual tiene sus raíces en tiempos pasado.
Desarrollo
Para abordar este tema, debemos tener presente la idea de sustancia en Spinoza, la que define como aquello que es en sí y se concibe por sí; aquello cuyo concepto no necesita el concepto de otra cosa, por el que deba formarse. Para nuestro personaje, no hay sino una sustancia única que es Dios. Las demás cosas son atributos, no sustancias; el atributo es lo que el entendimiento percibe de la sustancia como constituyente de su esencia.(1) El conocimiento de Dios es el único verdadero, siendo la sustancia divina la primera y única realidad.
Para el filósofo existe una coincidencia entre la Naturaleza y Dios. Esta es una evidente característica de la sustancia spinoziana, de allí que “las leyes universales de la Naturaleza son únicamente decretos de Dios, que nacen de la necesidad y perfección de la Naturaleza en Dios”. De lo anterior se deduce, claramente, que no puede existir una suspensión de las leyes de la Naturaleza o una corrección de las mismas, ya que significaría que Dios no hubiese sabido créalas ordenadas y perfectas, para hacerlas servir a sus designios.(2)
De la identidad de Naturaleza y Dios, deriva el concepto de orden necesario, cuyas leyes no están restringidas a la razón humana, cuya legislación, la humana,  está referida solamente a la utilidad y conservación de los hombres; la normativa de orden necesario es infinita y referente al orden eterno de toda la Naturaleza, de la cual el hombre es sólo una parte.
Para Spinoza la sustancia no es la razón, ya que aquella tiene un campo restringido al hombre, que es una parte de la Naturaleza; pero la sustancia, como orden necesario, es norma de la razón y es principio para alcanzar el conocimiento pleno y perfecto.
El orden necesario, constitutivo de la sustancia, es el orden geométrico. Invoca las matemáticas para destruir prejuicios. Incluso abre una nueva perspectiva en la doctrina de la emanación neoplatónica, o la del naturalismo de Giordano Bruno. De la sustancia divina brotan los modos específicos como de la geometría salen los teoremas particulares y otras figuras exactas. Para Spinoza este orden matemático no es imitación de un modelo desarrollado por Descarte u otro pensador; para él, el orden geométrico es la sustancia misma de las cosas, es Dios. La necesidad intrínseca de la naturaleza divina es una necesidad geométrica, tal como en la geometría se encadenan las proposiciones y se unen unas a otras. La multiplicidad resultante de los modos no contradice a la unidad, ya que la unidad es la conexión de los modos y los modos realizan en su ser y en su obrar el orden unitario: “de cualquier modo que concibamos la Naturaleza –dice Spinoza- o bajo el atributo de la extensión, o bajo el atributo del pensamiento, o bajo cualquier otro, siempre encontraremos un único y mismo orden, una única y misma conexión de las causas, esto es, una sola e idéntica realidad”.(3)  Este orden, esta conexión, esta realidad, es el Deus sive Natura, la Sustancia.
Schilling nos explica este complejo sistema señalando que “el método de argumentación, que establece axiomas y deduce todo lo demás de éstos y de sus combinaciones con rigurosa lógica… tiene la ventaja de que tiene en cuenta muy cuidadosamente la coherencia sistemática interna del sistema hasta el detalle”, para luego criticarlo en cuanto a que “el sistema no se discute ni se demuestra, sino sólo su desarrollo como estructura o coherencia geométrico-espiritual a partir de axiomas y definiciones preestablecidas”.(4)
Estamos en pleno siglo XVII, un tiempo en que muchos autores más que renovar, trabajan como si tratarán de fundar la filosofía por primera vez; siendo el caso del autor que nos ocupa, un estudioso que creció en la cultura del Antiguo Testamento, entre los que sometían las «Sagradas Escrituras» al examen crítico. Particularmente le gustaba las obras de Abraham ibn Ezra, Gersónides y el neoplatónico León Hebreo, entre otros. Estos autores despertaron en Spinoza la duda de la «verdad bíblica» y lo inclinaron hacia la investigación para encontrar la solución propia de los problemas que no le satisfacían. Por otro lado, Spinoza -según Frére Guide Aciereux-, se relacionó con el francmasón Juan de Prado, eminente maestro y luchador contra el fanatismo religioso, el que lo inició en una Logia de Ámsterdam, donde se enseñaba la filosofía de Francisco Bacón y de otros notables filósofos francmasónicos.(5)
Para Spinoza los axiomas sobre los que basa su planteamiento, no deben ni pueden apenas ser demostrados. Son metafísicos. Ahora bien, la propuesta de elevar este sistema a certeza absoluta mediante un método axiomático, plantea la duda, según sus críticos, del dogmatismo. Spinoza funda su sistema en el concepto de Dios, llevándolo a igualar a Dios y a la Naturaleza, o sea, un panteísmo. Su ilación matemática parece tomada de los neoplatónicos llegando, bien podría decirse, a naturalizar a Dios, más que espiritualizar la Naturaleza. En la Naturaleza todo lo que acontecer es estrictamente necesario y determinado, no hay libre albedrio. La misma Naturaleza en cuanto Dios no es libre, pues no es pensada como autónoma y trascendente, sino solamente como soporte del individuo (6) El hombre si goza de libre albedrio, de libertad de pensamiento.
El sistema de Spinoza no comienza con el hombre, como en otros filósofos de distintas épocas, buscando el camino hacia Dios. El hombre, el mundo y la vida son vistos, en Spinoza, desde el punto de vista de Dios. De tal manera, que para el hombre resulta imposible alcanzar ese punto de vista, por lo que el planteamiento, insisten sus calificadores, se torna dogmático. 
Conclusión
Estudiar a Spinoza desde la óptica del libre pensamiento, no dogmático, de la masonería, es ganar en cultura y salario. A pesar de las críticas que le hacen reconocidos pensadores cristianos, quienes aunados a Leibniz, Kant y especialmente Fichte; a pesar de ello, su planteamiento tiene mucho que aportar en cuanto a la utilización de la geometría en el desarrollo de su idea de orden de la Naturaleza y su emanación desde Dios. Hay mucho de Cábala.
Tras leer textos para burilar esta plancha, sentí vivencias que me proporcionan los símbolos en general y geométricos en particular. La evolución histórica del Universo graficada en esferas y líneas de conexión. Como es arriba es abajo.
Es la instrucción masónica que te transfiere el significado real del símbolo, que sólo lo captas tras la formación iniciática. Tildar de dogmatico a Spinoza bien puede ser desde el punto de vista profano. Pero al avanzar hacia el Or.·., teniendo presente la formación masónica, pone en duda tildar a rajatablas de dogmatico a nuestro personaje. Hay que explorar su conexión intelectual con pensadores masónicos del siglo XVIII, además de revisar a sus críticos. Es fuente que nos aportará un buen salario.
Es todo V.·. M.·.
S.·. F.·. U.·.
Isidro Toro
M.·. M.·. R.·.E.·.A.·.A.·.
    Notas y bibliografía
1)     Martínez Echeverri, Leonor y Hugo. Diccionario de Filosofía. Editorial Panamericana. Bogotá. Colombia. 1997. Pág. 527
2)     Abbagnano, Nicolás. Historia de la Filosofía. Tomo II. Montaner y Simons, S.A. Barcelona, España. 1964. pág. 208Ídem, pág. 208
3)     Idem. Pàg 210
4)     Schilling, Kurt. Desde el Renacimiento hasta Kant. 1ra  edición en español. UTEHA. México 1965. Pág. 139
5)     Guide Acierux, Frère. Historia de la Filosofía de la Francmasonería Universal. Edita Revista Hiram Abif con el auspicio de Logia RED. Colección CUADERNILLOS. Edición 2004
6)      Schilling. Ob cit. pags 141/142

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