Un obrero de paz es aquel individuo, independientemente de su profesión,
estatus social, credo u origen, que lleva consigo la armonía que es tan
necesaria para que cualquier organismo social pueda lograr sus objetivos
sanamente.
Un obrero de paz primero, conquista en su interior ese estado
personalísimo que los antiguos griegos llamaban eudaimonia. Algunos la traducen como felicidad, otros como
prosperidad, buena fortuna y hasta riqueza.
La psicología moderna ha explorado
el concepto y autores sostienen que existen un grupo de experiencias subjetivas
que van de la mano en la búsqueda de aquello que vale la pena, muy distintas
del placer en su significado hedónico. Los griegos hablaban de la ataraxia, que
es un estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total
ausencia de deseos o temores.
Para no hacer difícil el tema, eudaimonia
es un estado de sosiego que solamente te lo da una asimilación real y sincera
de la virtud, entendida todas ellas como una sola, impidiendo que el ego
torture tu alma con la ambición y la vanidad.
Así un obrero de paz puede con la fuerza
espiritual que lo caracteriza llamar a la concordia, donde hay discordia.
Convocar a los contrarios cuando hay una exigencia superior. Generar un estado
de armonía donde priva la desunión. Esto lo puede lograr un obrero de paz sin
lacerar la libertad de pensamiento de nadie, porque irradia ese ánimo de
convergencia que llama al encuentro para logros superiores. Ahora imaginemos a
dos o más obreros de paz trabajando juntos, unidos, arropados con la bandera
blanca que es el color más puro de todos, el más protector de todos, que
aporta paz, alivia la sensación de desespero y estrés emocional, ayuda a
limpiar y aclarar las emociones, los pensamientos y el espíritu. El color negro
encarna la ausencia de luz. El blanco tiene toda la luz del universo,
simbolizando la fuerza del conocimiento sobre la base de la razón. Y sobre el
blanco, la antorcha siempre encendida, como faro de luz que convoca a las
personas a trabajar por la creación regeneradora en función de un interés
colectivo.
De allí que obreros de paz son los portaestandarte de la diáfana bandera
blanca con el jacho encendido y en el camino, con la fraternidad y la
tolerancia como lema, construyen un mejor porvenir para la humanidad.
Originalmente publicado en: https://lasultimasnoticias.net/index.php/opinion/2186-obreros-de-paz
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