Eusebio de Cesarea |
Por considerarlo de interés reproducimos un texto de
Irineo sobre la herejía de Taciano, fundador del encratismo, tomado de la Historia
Eclesiástica de Eusebio de Cesárea, así como la nota de Samuel Vila
registrada en la edición moderna de la precitada obra.
Dice Eusebio de Cesárea: “1. Una tradición mantiene que el dirigente de este extravío fue Taciano,
sobre quien citamos hace poco unas frases acerca del admirable Justino, cuando
referimos que era discípulo del mártir. Esto lo manifiesta Ireneo en el primer
libro de Contra las herejías.
Allí escribe del siguiente modo de su herejía:
2. “Los llamados
encratitas, seguidores de Saturnino y Marción, predicaban la abstención del
matrimonio. Con ello desatendían la antigua creación de Dios y acusaban
indirectamente a quien hizo el varón y la hembra para que engendraran. También
introdujeron la abstención (de comer) animales, siendo así ingrato para con el
Dios que creó todas las cosas; y niegan la salvación del primer hombre.”
3. “Esto es lo
que entre ellos se enseña hoy. Taciano fue el primero en introducir esta
blasfemia. Taciano, siendo discípulo de Justino, y mientras estuvo a su lado,
no dio a conocer nada de su error, pero tras el martirio de Justino, Taciano se
separo de la Iglesia. Se envaneció al creerse un maestro y se ensoberbeció
porque se sentía muy distinto de los demás. Estableció un tipo personal de
escuela, imagino unos eones invisibles (como los seguidores de Valentín), anuncio que el matrimonio era voluptuosidad
y fornicación, y se oponía por imaginación a la salvación de Adán”.
4. “Hasta aquí
lo que entonces escribió Ireneo. No obstante, poco después, un hombre llamado
Severo, partidario de la herejía aludida, dio firmeza a estas ideas y se llamó
severianos a los miembros de esta secta.”
Ahora en la edición española de 1988, Samuel Vila hace
la siguiente acotación:
“36. Taciano no
parece haber sido un hereje muy peligroso, y su gran obra Armonía de los cuatro Evangelios ha sido de gran valor para los teólogos
cristianos de todos los tiempos.
Lo único que
tenemos que censurar de él es que repudiara las
epístolas de Pablo, que el apóstol Pedro
considera y juzga como Palabra de Dios (21 Pedro 3:15-18). Podríamos
considerarlo, más bien, como un creyente normal, de opinión vegetariana o
naturista. Su antes referida obra
Diatesarón (por los cuatro) ha sido muy útil a todas las generaciones de
cristianos para discernir los cuatro evangelios auténticos de los muchos
conocidos como apócrifos. Su doctrina
de abstención del matrimonio es una enseñanza pagana que más tarde fue elevada
a doctrina, no solamente por este supuesto hereje sino por todos los ministros
del culto, a raíz del decreto del papa Gregorio, en contra de lo que declara el
apóstol Pablo en 14 Timoteo 3:3, y
que hoy es motivo de discusión y apuro para la actual disciplina romana papal.
Otro punto que alcanzó desarrollo de las doctrinas de Ticiano dentro del
romanismo católico, fue los ayunos de cuaresma que él recomendó, pero no pudo
imponer por carecer del poder político y religioso que caracterizo a los papas
en siglos posteriores.”
Bibliografía.-
Cesárea, Eusebio de. Historia Eclesiástica.
Tomo I. Editorial CLIE. Traducción del griego por George Grayling. Notas por
Samuel Vila. Barcelona. España. 1988
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