“Nadie entre aquí si no conoce Geometría”
Inscripción en el atrio de la Academia de Platón

sábado, 29 de abril de 2017

Flavio Justino y la teoría del Logos: puente entre la filosofía pagana y el cristianismo



Nace en Palestina alrededor del 110 d. C. y es uno de los primeros apologistas cristianos, enmarcado en la Patrística de los dos primeros siglos.
Es uno de los apologistas griegos más importantes. De sus obras se conservan dos Apologías dirigidas al emperador Antonino Pio. En la segunda se describe la doctrina cristiana, la liturgia eucarística, el rito del bautismo y la vida de la comunidad religiosa. Otra obra que se conserva es el Dialogo con el Judío Trifón, la que es la más antigua apología cristiana conservada para confrontar a los judíos.
Señala que el cristianismo ha de asumir la historia desde sus inicios y afirma que todo lo que sobre la verdad se haya dicho anteriormente "nos pertenece". De ahí que concluya que muchos de los aspectos de la filosofía de los estoicos, Platón, etc., no son algo extraño al pensamiento cristiano. Afirma incluso, que Sócrates conoció, aunque no de un modo pleno, a Cristo a través de su razón y de esa forma, aunque de una manera misteriosa, participaría del Verbo (Cristo).
En la Apología afirma que los demonios imitaron las profecías del Antiguo Testamento, aplicándolas a los misterios paganos.
Teológicamente afirma que Dios es un ser único, innombrable. Es inefable, creador y habita en las regiones situadas encima del cielo, mostrando una influencia de Platón en su pensamiento. De Él procede el Verbo (un dios diferente en cuanto al nombre pero no en cuanto al concepto) que ha sido engendrado por Dios antes de la creación. Es un dios de 2º orden, aunque el más importante después de Dios. Este es el Logos, que es coexistente y engendrado antes de la Creación, por medio del cual Dios creó y ordenó todas las cosas. Dios se comunica y revela al mundo a través del Logos. El Logos está subordinado al Padre
La teoría del Logos es un puente entre la filosofía pagana y el cristianismo. Los profetas del Antiguo Testamento y muchos filósofos griegos como Heráclito, Sócrates o el estoico Musonio, vivieron según las enseñanzas del Logos.
Justino plantea que la razón es el Verbo de Dios, esto es, Cristo, del cual participa todo el género humano. Desarrolla sobre esta base la tesis de la Semilla de Verdad.
Justino trabaja en la dirección de acortar la brecha entre el cristianismo y la filosofía pagana. Busca los puntos de contacto entre el helenismo y el cristianismo. Plantea que muchos filósofos paganos dijeron muchas verdades porque la tomaron del Antiguo Testamento.
La sola luz de la razón es suficiente para conducir a los hombres a la verdad”, dice Justino. Sobre esta base sostiene que la semilla del Verbo es innata en todo el género humano; por ende, las enseñanzas de Cristo perfeccionan las de los filósofos. Allí está el punto de inicio de toda la filosofía pagana y del cristianismo. De allí que filósofos como Sócrates y muchos otros “bárbaros” han sido iluminado por el Verbo, Verbo que luego fue hecho hombre y llamado Cristo.
En la Enciclopedia Católica On Line, se afirma que: “La idea desarrollada en todos estos pasajes es dada en la forma estoica, pero esto le da un mayor valor a su expresión. Para los estoicos el Verbo seminal (logos spermatikos) es la forma de cada ser; esa es la razón hasta donde tiene algo de Dios. Esta teoría de la completa participación en el Verbo Divino (Logos) por el sabio tiene su valor completo sólo en el estoicismo. En el pensamiento y expresión de Justino son antitéticos, y esto presta cierta incoherencia a la teoría; la relación establecida entre el Verbo integral, es decir Jesucristo, y el Verbo parcial diseminado por el mundo, es más aparente que profundo. Lado a lado con esta teoría, y bastante diferente en su origen y extensión, encontramos en Justino, como en muchos de sus contemporáneos, la convicción que la filosofía griega tomó prestado de la Biblia: fue robándole a Moisés y los profetas -como Platón y otros filósofos- desarrollaron sus doctrinas.”
Justino justifica la resurrección de la carne por el poder de Dios y no por postulados de la filosofía.
Rechaza la teodicea de los estoicos, su panteísmo, materialismo e inmanentismo, aunque elogia su moral. De Platón admite la trascendencia de Dios y su carencia de cuerpo, pero niega la tesis de la transmigración de las almas.
La deidificación del hombre tiene su origen en ideas platónicas. Entonces Justino y luego Clemente de Alejandría, Irineo e Hipólito de Roma comparten dichas ideas.
Justino comparte las ideas quiliastas(1) sobre el milenarismo: “mil años de vida en Jerusalén reconstruida, hermoseada y dilatada”.
La teología en Justino
Las enseñanzas de Justino concernientes a Dios han sido interpretadas de varias formas, algunos ven en ellas nada más que una especulación filosófica, otros una fe cristiana verdadera (Enciclopedia Católica On Line)
Dios es inamovible; Él está sobre el cielo, no puede ser visto ni contenido dentro de un espacio; El es llamado Padre, en sentido filosófico y platónico, puesto que Él es el Creador del mundo. (Enciclopedia Católica On Line)
El Verbo es numéricamente diferente al Padre. Él nació de la misma sustancia del Padre, no que esa sustancia fuese dividida, sino que Él procede de ella como un fuego procede de otro; esta forma de producción (procesión) se compara también con el lenguaje humano. (Enciclopedia Católica On Line)
Justino, como San Pablo, lo llama el Primogénito, prototokos. Su divinidad, sin embargo, parece subordinada, según el culto que se le rinde. El Padre lo engendró por un acto libre y voluntario, al principio de todas Sus obras. En este último texto algunos autores distinguieron en el Verbo dos estados del ser, uno íntimo, el otro extrovertido; pero esta distinción, aunque encontrada en otros apologistas, es en Justino muy dudosa. A través de la Palabra Dios lo ha hecho todo. El Verbo está difundido a través de toda la humanidad (Enciclopedia Católica On Line)
Luego está el Espíritu Profético, identificado con el Espíritu Santo, al cual los hombres deben todas las virtudes. El Espíritu Santo ocupa el tercer lugar y está sin definir en Justino, con lo que las bases de lo que será posteriormente el problema de la trinidad ya están aquí presentes. El Espíritu Santo inspiró a los profetas. Él le dio los siete dones a Cristo y descendió sobre Él.
Para Justino el Alma es inmortal y el cuerpo también gracias a Dios. En la segunda Parusía(2) de Cristo, tiempo en que resucitaran los cuerpos y serán condenados al fuego eterno los inocuos. De allí que el alma, considerada en sí misma, no es inmortal.
Texto:
"Y como los estoicos no entendieron bien estas cosas, afirmaron que todas las cosas acaecen por necesidad del hado. Mas como Dios creó libre al principio el linaje de los ángeles y el de los hombres, con razón los que pequen sufrirán por sus pecados los suplicios del fuego eterno..... Mas como los estoicos, al menos en aquellas cosas que dijeron acerca de las costumbres, llegaron a discurrir rectamente, lo cual algunas veces sucede también con los poetas, porque la semilla de la razón está íntimamente adherida a todo el linaje humano, sabemos que los discípulos de esta doctrina fueron aborrecidos o muertos. No debe por consiguiente extrañar que los que intentan acomodar su vida, no a una parte de la verdad diseminada, sino a la verdad plena que se desprende del conocimiento y de la contemplación de todo el Verbo, es decir de Cristo, sean objeto de odios mucho mayores...Porque todas las cosas que en todo tiempo pensaron o dijeron los filósofos y los legisladores, todas estas cosas las conocieron porque de alguna manera descubrieron y consideraron al Verbo. Pero como no conocieron todas las cosas que son del Verbo, es decir de Cristo, frecuentemente dijeron cosas contradictorias....cuantas cosas han sido dichas con acierto por otros nos pertenecen a nosotros, Cristianos".  
Justino: Apología segunda.
Isidro Toro Pampols
Publicado en malletesblogspot.com el 28 de enero del 2015
Notas:
(1)- Quilianismo es otro nombre por milenarismo, la teoría que Cristo regresará a la tierra a reinar aquí por mil años antes de la consumación final. La creencia se base sobre una interpretación de Apoc 20:1-10.
(2)- La Parusía, para la mayoría de los cristianos, es el acontecimiento, esperado al final de la historia, de la Segunda Venida de Cristo a la tierra, cuando se manifieste gloriosamente.
Bibliografía
*- Abbagnano, Nicolas. Historia de la Filosofía. 2da edición. Montaner y Simon, S.A. Barcelona, España 1964
* Blázquez Marinez, Joé María. El Nacimiento del Cristianismo. Editorial Síntesis. Madrid, España 196
* Enciclopedia Católica On Line
http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Justino

No hay comentarios:

Publicar un comentario