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viernes, 28 de abril de 2017

Religiones mistéricas



Se califica como religión mistérica o religión de misterio, la que presenta misterios que no se plantea explicar. Las razones para esta negativa a revelar los detalles de la religión pueden ser variadas. Desde razones de defensa de la propia comunidad ante represalias de colectivos mayoritarios, protección de intereses personales, la vivencia de pertenecer a una sociedad exclusiva, o simplemente la imposibilidad de explicar racionalmente esos datos relacionados con la religión.
Por lo tanto, más que una religión, es un modo de vivir un culto, existiendo a lo largo de la historia de las religiones muchas que pueden encajar en este tipo. El secretismo y exclusivismo de algunas de estas observancias mistéricas conlleva una serie de ritos iniciáticos, y frecuentemente un periodo de preparación y de pruebas, antes de aceptar a un nuevo adepto en la comunidad. Estas ceremonias recibían el nombre de misterios. (1)
Existen muchas religiones mistéricas y exponer cada una de ellas es trabajo de eruditos. Pero lo que al menos debe conocer todo interesado en temas relacionados con el esoterismo o religiones de la antigüedad, son las notas comunes a muchas de ellas, que a la vez las diferencian de otras religiones exotéricas.
Lo primero es listar un grupo de religiones consideradas mistéricas, aunque la relación no es exhaustiva. Así tenemos, entre otras, misterios dionisiacos y órficos, helénicos de Eleusis, de Zálmoxis de los getas, mesenios de Andania, cabíricos de Samotracia, de Sabacio, frigios de Atis y Cibele, de Tammuz-Adonis, iránicos de Mitra, egipcios de Isis-Osiris, de la Bona Dea.
El numen, como deidad dotada de un poder misterioso y fascinador, subyace en estos cultos y la tierra, impregnada de numinosidad, divinizada, es el origen de estas manifestaciones. Históricamente la sitúan en el neolítico y en cuanto a ubicación en Oriente o en el Antiguo Egipto. Es importante conocer que en la cultura helenística de la Antigua Grecia, antes del 600 a.C. están presente los cultos mistéricos de Eleusis (Démeter: hermana/esposa de Zeus y Perséfone: hija de Démeter y esposa de Hades) y los de Dioniso y las bacantes.
El origen se relaciona con los misterios de pueblos agrarios y matriarcales, donde la tierra y la sangre ejercen un influjo especial. La sangre derramada por sacerdotes e iniciados en varios misterios es un fuerte intento de comunicarse con la naturaleza. Sus divinidades son ctónicas o telúricas, son dioses o espíritus del inframundo, por oposición a las deidades celestes.
La salvación de cada iniciado en una búsqueda de la comunión, la unión mistérica con el ser -«huida del uno al Uno» (2) -tal como lo plantea Plotino en un contexto diferente-, lo cual nos presenta un escenario que va más allá de la salvación colectiva, siendo la convicción muy personal ya que busca fundirse con el Uno. El hombre existe en el cosmos en una medida más pequeña. Mientras que en otras religiones el hombre sale de la Naturaleza como algo singular, aquí el hombre es un microcosmos. Esta idea es aceptada por los griegos y se proyecta aún en nuestros días, especialmente en el pensamiento esotérico, lo que difiere sustancialmente del planteamiento bíblico en el cual el ser humano no revierte al cosmos de ninguna manera.(3)
Una característica de las religiones mistéricas es el rito de iniciación. En nuestra sociedad se nace cristiano, el bautismo es el "primer sacramento", la "puerta de los sacramentos" y la "puerta de la Iglesia". En las escuelas de los misterios se llega tras haber transitado por una serie de pruebas que dejan constancia de estudios que suponen una convicción y un conocimiento reflexivo en el neófito. Que el rito de iniciación, por medio de elementos simbólicos los cuales tienen un sentido profundo en cuanto al compromiso que se adquiere, como juramento solemne, con la observancia que se abraza.
Los misterios parten de los ritos iniciáticos, que apartan al iniciando del resto de los mortales. Pasan a ser parte de un colectivo que por medio del estudio, el conocimiento de los símbolos y las practicas rituales, tiende, individualmente, a la unión con la divinidad. Unión que se inicia en el momento de la iniciación y en diferentes ceremonias se va aquilatando el conocimiento y se amalgama el camino de la unión. Ese encuentro ascendente no puede ser exotérico. Debe ser esotérico. Es tal la exigencia de conocimiento que de ser pública la simbología que representa, cualquier persona puede elucubrar sólo en el significante sin descubrir el significado, único válido en el contexto de la escuela o culto mistérico. Por eso casi todos los misterios terminaron por prohibir la divulgación de sus prácticas; hablar de ellas era profanarlas, sobre todo al quedar dominados los pueblos por las religiones étnico-políticas.
Se impone para salvaguardar el conocimiento real la ley del arcano y se aumenta el carácter oculto, esotérico, en las celebraciones iniciáticas, siendo tan fuerte, debido a las asechanzas propias de las persecuciones religiosas, que misterio terminó por ser sinónimo de oculto, misterioso. Este esoterismo hace que los documentos verdaderos sean difíciles de encontrar. También de desviaciones y tergiversaciones que dieron pie a las represiones más brutales conocidas (caso de las Bacanales en Roma). No pocas veces se acuso de actos caníbales, acusación que también sufrieron los cristianos de los primeros siglos de nuestra era.
La salvación es ultramundana. Los actos rituales de los misterios están orientados a preparar y enseñar con vivencias que la muerte es tránsito de una vida a otra, que es necesario llevar una vida pura y portarse siempre conforme a las enseñanzas recibidas. Más allá del contenido doctrinal de la escuela individualmente concebida, las ceremonias se orientan al encuentro con la divinidad o a la integración del cosmos, al cual pertenece. Y para lograrlo, se debe llevar una vida respetuosa, cumpliendo las exigencias de la enseñanza basadas en la virtud y el conocimiento, completando el ciclo que permite llegar a la meta que es la felicidad total del individuo, hecho esencia.
Entre las actividades comunes en las escuelas o religiones mistéricas, se encuentran las  prácticas de introspección y retiro; periodo de iniciación y adiestramiento en la vida espiritual bajo la dirección de un guía, maestro o sacerdote; algunas realizan ayunos y abstinencias; purificaciones, abluciones; incluso sacrificios rituales, entre otros.
Todo el ceremonial de la religiosidad iniciática, además de facilitar la liberación del mal, tiende a llenar el ansia de felicidad mediante la unión iniciada en esta vida con la divinidad y consumada tras la muerte. Demóstenes afirma: «Huí del mal, encontré lo mejor» (4).
Numerosos ritos simbolizan la unión con la divinidad, al tiempo que señalan el camino para lograrla. Entre las prácticas se encuentran la omofagia o comida, en crudo, de un animal teofánico (misterios dionisiacos); banquete en el que se alimentaban con el místico sentido de ágape de inmortalidad (Atis-Cibele); rito nupcial o matrimonio sagrado -hierogamia- (Eleusis, Atis-Cibele); la representación simbólica de la muerte y resurgimiento del iniciado (Eleusis, Atis Cibele, Isis-Osiris, Mitra).
El sacerdocio lo ejercen en muchos casos mujeres y en general los ministros del culto encarnan la divinidad no solamente por representación. Una vía para lograr tal carácter es la práctica de la hierogamia, que significa matrimonio sagrado. Consisten en la unión ceremonial entre un hombre o una mujer con una divinidad. Tales uniones también podían llevarse a cabo con animales sagrados e, incluso, entre los astros, caso de la unión entre el Cielo y la Tierra.
El tiempo mítico cósmico está, usualmente, en sintonía con la naturaleza. Solsticio de verano e invierno son de gran importancia. De que sean fechas propicias para cultos telúrico cósmicos, por medio de ritos que conectan al iniciado con la deidad. El tiempo no es el histórico, como puede ser para las religiones posteriores. Tiene que ver con los ciclos de la naturaleza.
Muchos han estudiado las relaciones entre las religiones mistéricas y el cristianismo. No es materia de este artículo. Pero si es importante recordar que en el lugar donde nace el cristianismo son tierras en las cuales hay gran influencia de las religiones mistéricas tanto provenientes de Egipto, como de Babilonia y Persia, como también la influencia helenizante de la filosofía griega, particularmente los Neopitagóricos, el platonismo y los neoplatónicos. Algo de esto abordaremos en próximos escritos.

 (1)   es.wikipedia.org/
(2)   Enéadas 6,9,11.
(3)   Landmann, Michael. Antropología Filosófica. 1ra edición. UTEHA. México. 1961
(4) (Demóstenes, Corona, 259).
*- Frazer, James George. La rama dorada: un estudio sobre magia y religión
*- Guerra Gómez, M. Misterios Y Religiones Mistéricas Gran Enciclopedia Rialp. 1991
*- Landmann, Michael. Antropología Filosófica. 1ra edición. UTEHA. México. 1961
Figura: Venus y Adonis, P.P.Rubens

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