El conocimiento in extenso de
terminología, utilizada en textos profanos y masónicos, es fundamental para poder
elaborar nuestra línea de pensamiento en términos de libertad. En filosofía, un
vocablo o una expresión, puede variar en su significado según lo trate una
escuela o un autor. Trascendencia, como inmanencia, no escapan a lo
predicho y se alimentan con nuevos alcances, particularmente con los enfoques
que aportan la antropología filosófica.
La masonería no tiene dogmas. La educación masónica
tiene por objeto que cada individuo adquiera conocimientos para que, en el
marco de su libertad de pensamiento, se desarrolle como individuo en la
construcción de su Templo particular.
Desarrollo
Trascendente deriva del latín trascendere,
que significa traspasar. Este término se contrapone a inmanente, según un
diccionario de filosofía: “designa todo aquello que traspasa los límites de
la conciencia y del conocimiento.”(1) Lo que parece simple y
elemental como metáfora con sentido personal, se torna algo más complejo en su
aplicación en la filosofía. Lo trascendente es aquello que se encuentra «por
encima» de lo puramente inmanente. Y la inmanencia es, precisamente, la
propiedad por la que una determinada realidad permanece como cerrada en sí
misma, agotando en ella todo su ser y su actuar. La trascendencia supone, por
tanto, la inmanencia como uno de sus momentos, al cual se añade la superación
que el trascender representa.(2)
Por ende deducimos que una manifestación contiene
una parte inmanente, su esencia, y otra trascendente, que es el añadido.
En teoría del conocimiento, el objeto conocido
trasciende al acto cognitivo. Personalmente, una pregunta que plantea el
problema es ¿qué será de nosotros después de la muerte? ¿Existe una supra
mundanidad de la cual va a participar nuestra alma? Tenemos una vía en la
respuesta afirmativa, creemos en la reencarnación o en la resurrección, por
ejemplo; otra, la mundana, que usualmente es repercutir a través de los hijos o
ser recordado por la realización de una obra extraordinaria.(3)
Debemos señalar que la afirmativa y la terrenal no son excluyentes.
En teología la trascendencia de Dios es objeto de
debate. Unos plantean que Dios es absolutamente trascendente al mundo, que
entre Dios y el mundo se abre un abismo que sólo Dios puede salvar; otros,
sostienen que lo anterior pone en riesgo la relación Dios-Mundo; y los
moderados que buscan formulas intermedias.(4)
La antropología filosófica hace aportes
significativos al tema al registrar que se abren dimensiones nuevas al
reconocer creencias y religiones. Lo trascendental es no aceptar el dogmatismo
y si explorar el ámbito de lo religioso, como un espacio de la expresión de la
consciencia, hasta ahora insondable, del ser humano.
El conocimiento tradicional, particularmente la
escolástica, plantea cuatro propiedades que trascienden la entidad de cada uno
y, por tanto, son propiedades predicables al ente en cuanto tal, a todo
ente: Unum, verum, bellum et bonum: Unidad, verdad, belleza y bondad.(5)
Kant trata el tema con
esmero distinguiendo entre trascendental y trascendente. Lo primero es referido
a aquello que hace posible el conocimiento de la experiencia y no traspasa los
límites de la misma; el segundo, denota aquello que se encuentra más allá de
toda experiencia.
La masonería no tiene
dogmas, si herramientas y símbolos que coadyuvan en la comprensión que cada
individuo hace de variados temas, en el marco de su libertad de pensamiento, y
que ejerce con propiedad.
El masón si cree en un Ser
Supremo. Lo percibe en la inmensidad del Universo. Le llamamos G:.A:.D:.U:.,
aplicando términos relacionados con la arquitectura, ya que somos obreros de
nuestro Templo de virtud y el Gran Arquitecto es nuestro Maestro Constructor.
Ahora, debemos tener presente que Arqui, en griego, significa sustancia
primordial o primaria y tekton, constructor (7); o sea, somos
operarios que tenemos presente la Causa generadora del Universo y consciente
del hombre, como aprendiz de sus leyes, mediante la simbología
masónica.
Conclusión
La masonería no se
pronuncia sobre aspectos metafísicos. Ello no es óbice para que investigadores
aborden, desde el punto de vista personal, materias relativas al deísmo,
teísmo, panteísmo, agnosticismo, entre otras; en las cuales es importante
manejar los alcances de términos como trascendencia e inmanencia.
El conocimiento se caracteriza por ser exotérico o
público, contrapuesto al esotérico. Desde el Norte tenemos acceso al primero y comenzamos
a transitar hacia el segundo, en nuestra marcha hacia el Oriente. La armazón de
la Educación Masónica son los emblemas, alegorías, símbolos y signos. El punto
focal es la relación significado-significante, siendo diferente en el Orden
Masónico, que en el mundo profano. A medida que adelantamos en el estudio, el
significado que se nos descubre permite desarrollar aptitudes sobre la base de
la formación de un espíritu crítico, pensamiento libre, lejos de fanatismo y
superstición.
Notas y bibliografía
1) Martínez Echeverri,
Leonor; Martínez Echeverri, Hugo. Diccionario de Filosofía Ilustrado. Editorial
Panamericana, Bogotá, 1997. Pág. 554
2) Wikipedia.
Trascendencia.htm
3) Albornoz, Hernán.
Diccionario de Filosofía. Vadel Hermanos, editores. Valencia, Venezuela. 1990.
Pág. 176
4) Martínez Echeverri,
Leonor; Martínez Echeverri, Hugo. Ob cit. Pág. 554
5) Wikipedia.
Trascendencia.htm
6) Martínez Echeverri,
Leonor; Martínez Echeverri, Hugo. Ob cit. Pág. 554
7) Humberto Camejo Arias. Masonería
Práctica. Fondo Editorial Moral y Luces. Maracaibo. Pág.197
Publicado
en http://malletes.blogspot.com/2014/12/isidro-toro-trascendencia.html#more
31/12/2014
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