Herbert de Cherbury plantea un método de
investigación alejado de la escolástica medieval, el cual debe partir con la
investigación de la naturaleza de la verdad y como conocer dicha verdad. La
verdad, según el autor, consiste en una "armonía" entre las facultades
intelectuales y el objeto, es decir, ni el intelecto se acomoda al objeto, ni
el objeto debe acomodarse al intelecto; sino más bien, ambos deben relacionarse
de manera armónica, para lograr un conocimiento adecuado. De lo precitado se
desprende que existen aspectos del intelecto y del objeto en la investigación
del conocimiento de la verdad. Esto será materia que trataran en profundidad
varios filósofos, entre otros, Emmanuel Kant.
Edward Herbert, primer barón Herbert de Cherbury (1583-1648)
fue un militar, diplomático, historiador, poeta y filósofo religioso británico.
Como vemos, un personaje polifacético, pero aquí nos interesaremos, solamente y
someramente, de su producción filosófica.(1)
Parte del principio que concede a la razón
humana autoridad, dada por Dios, junto a la Revelación y a las Escrituras. No
es original el planteamiento. Ya el teólogo anglicano Richard Hooker
(1553-1600) se había orientado en ese camino y, además, en la antigüedad, el
estoicismo había trabajado la razón como fuente de todo el orden del mundo y
del derecho natural.
Hebert señala, según reseña Abbagnano en su Historia
de la Filosofía, que el pensamiento de los individuos particulares debe
guiarse por un instinto natural único y universal. Este instinto es el sello
que la Sabiduría divina ha impreso en nosotros y por él que podemos distinguir
lo verdadero de lo falso, el bien del mal. Sobre él se fundan las verdades
innatas o nociones comunes, las cuales son independientes de la
experiencia de los objetos (como la facultad de la vista es independiente de la
vista de este o de aquel objeto); más aún, son las condiciones de la misma
experiencia. “El espíritu –dice Hebert– no es una tabla rasa, sino un
libro cerrado, el cual se abre ciertamente bajo el impulso de los objetos
externos, pero que en sí mismo encierra todo el contenido del saber”(2)
Platón, con su teoría de la reminiscencia, se hace presente en el precitado
párrafo. Hebert de Cherbury se basa en la racionalidad religiosa que es el
principal móvil de las especulaciones de los filósofos de la escuela de
Cambridge, que representa un renacer del neoplatonismo europeo.(3)
Nuestro personaje parte de la doctrina estoica para
perfeccionar su pensamiento natural, libre, como fundamento de todas las
religiones positivas. Plantea cinco verdades, apriorísticas, que están en la
razón de todo ser humano y, sobre las cuales, se pueden poner de acuerdo todas
las instituciones religiosas y cesar en sus guerras inútiles. Las cinco
verdades racionales, fundamentales, son las siguientes:
1) El reconocimiento de un Ser
Supremo, no importa como éste se presente ante los seguidores de una confesión.
2) El culto que se le debe a este
Ser, independientemente de cuáles sean las ceremonias y ritos que se
practiquen.
3) Una conducta personal, cuyo eje
cardinal moral sea la piedad y la virtud, así como la adoración a Dios en este
mundo.
4) Arrepentimiento de los
pecados y vicios.
5) Premio o castigo en la vida del
más allá, en relación a nuestras acciones en esta existencia terrenal.
Estas cinco
verdades racionales fundamentales, por supuesto como parte de una elaboración
más extensa y detallada, se publicitan en tiempos en que ya se conocían a
teólogos reformadores como Nicolás de Cusa (1401-1464), Martín Lutero
(1483-1546), Juan Calvino (1509-1564), entre otros. Era una época en que las
bases del cristianismo se estremecían ante planteamientos renovadores y de
exigencias que mostraban ya el devenir de la Edad Moderna.(4)
Herbert de Cherbury es antecesor, con su teoría de
la verdad racional, de toda una corriente que, con John Toland (1670-1722),
busca purificar el cristianismo de los misterios, de la revelación y del
secreto. Es la pura Ilustración que ya se asoma. Toland lo reconoce en su
concepto de librepensamiento o deísmo, o sea, religión libre de dogmas,
como saber únicamente racional de Dios. Toland se transformó, luego, en
panteísta. Igualmente, otros autores ampliaron el significado de la expresión “librepensamiento”.
Mattews Tindal (1657-1733) plantea la existencia de
una antigua religión no falsificada de la razón o del sentido común, la cual
concurre desde el origen de la humanidad. Tindal señala que debe ser limpiada
de añadidos de la superstición, del pecado original y de la redención.(5)
Edward Herbert de Cherbury es, sin lugar a dudas,
un precursor de la corriente del librepensamiento y de la Ilustración,
la cual floreció en Europa durante el siglo XVIII.
Las verdades racionales fundamentales son de gran
interés para los estudiosos iniciados en las escuelas que estudian la filosofía
perenne, especialmente en cuanto al Ser Supremo, así como la conducta
personal, cuyo eje cardinal moral sea la virtud, como camino para lograr el
crecimiento vital individual.
Notas y
bibliografía
1) Wikipedia: Edward Herbert de Cherbury
2)
Abbagnano,
Nicolás. Historia de la Filosofía.
Tomo II. Montaner y Simons, S.A. Barcelona, España. 1964. Pág. 297
3)
Ídem.
Pág. 298
4) Schilling,
Kurt. Desde el Renacimiento hasta Kant.
1ra edición en español. UTEHA. México
1965. Págs. 35-37
5) Ídem.
Pág. 208.
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