Titus Flavius Clemens nace aproximadamente en el
150 en Atenas. De padres paganos acomodados socialmente, Clemente recibió una
buena educación como se puede notar por el hecho de las referencias a poetas y
filósofos griegos en sus obras. Viaja a por Grecia, Italia, Palestina y
finalmente Egipto.
Alrededor del 180 es discípulo de Panteno lo que
supone su conversión al cristianismo para esa época.
Clemente fue un gran intelectual y supo construir
una obra en la que fe cristiana y cultura pagana no estaban necesariamente
enfrentadas. Escribió una trilogía y dichos textos se conectan entre sí bajo un
mismo propósito y estilo. La trilogía de Clemente está compuesta por: Protrepticus
(o "Exhortación a los griegos"), Paedagogus (o
"Maestro"), y Stromata (o "Misceláneas").
El teólogo Franz Camille Overbeck declaró que la
trilogía fue uno de los proyectos literarios más significativos dentro de la
historia de la Iglesia, ya que en dichos libros Clemente presentó el
cristianismo a los fieles a través de la forma tradicional de la literatura
secular.
La gnosis cristiana
Como lo expresa el título del artículo, es el
primer fin de la obra de Clemente: elaborar el concepto mismo de una gnosis
cristiana.
En su trabajo Stromata trata sobre las bases
de la escritura y de la tradición, para dar un testimonio fuerte de la fe
cristiana y responder a las demandas de los sabios, además de conducir al
aprendiz en la más pura realidad de sus creencias. Plantea Clemente que el conocimiento es el límite más alto al que el
hombre puede llegar. Es la teleiosis
del hombre: es lo aceptado por la fe y frente a él la fe es sólo el
conocimiento abreviado y sumario de las verdades indispensables. Clemente
es enfático en que la fe es condición del conocimiento y así la gnosis supone
la fe. La fe es tan necesaria al conocimiento como los cuatro elementos son
necesarios para la vida corporal.
La filosofía es necesaria para avanzar de la fe al
conocimiento. La filosofía ha tenido para los griegos el mismo valor que el
Antiguo Testamento para los hebreos: los ha conducido a Cristo.
Clemente en el Protrepticus, como Justino,
reconoce que en toda persona y particularmente a los que se dedican a la
reflexión racional, hay un “efluvio divino”, una “chispa del Logos
divino” que les manifiestan una parte de la verdad, aunque no tengan la capacidad
de llegar a la totalidad de la verdad, que solamente es revelada por Cristo.
Afirma que los filósofos han mezclado lo auténtico
con lo falso: “Llamo filosofía no al estoicismo, al platonismo, al
epicureismo o al aristotelismo, sino a todo lo bueno que ha dicho cada escuela.
A esto llamo filosofía.” Lo que se trata, según Clemente, es tomar lo que
haya de verdad en cada doctrina, desechar lo falso y el criterio de selección
está sellado por la fe.
La filosofía debe servirle a la fe. En esta subordinación
de la filosofía a la fe reside el carácter de la gnosis cristiana. Aquí se
separa de la gnosis de su época ya que plantea que para los gnósticos la
relación es a la inversa.
Este planteamiento de Clemente se agiganta en la
medida que disminuyen las esperanzas de la inminente segunda venida de Cristo o
Parusia y por consiguiente, la inmediata destrucción del mundo. De allí
que este concepto de gnosis influye en la teología cristiana y pasa a ser la
práctica del cristianismo una acción de educación progresivamente del género
humano, teniendo como gran Maestro y Pedagogo a Cristo. El concepto de una regeneración instantánea es sustituido por el de una
regeneración gradual que se verifica en la enseñanza de Cristo. Esta
interpretación es importante en la teología que se documenta en los tiempos
venideros.
El Logos
El ser humano puede conocer lo que no es Dios, más
que lo que es. Dios es inaccesible, supera toda palabra y todo pensamiento. El
Logos es la sabiduría, la ciencia, la verdad, es la guía de la humanidad.
Del Logos proviene todo y a El todo vuelve. Es el
alfa y omega. La acción misma del Espíritu Santo está subordinada al Logos, ya
que el Espíritu es la luz de la verdad, la luz de la cual participan todos
aquellos que tienen fe.
El Logos es guía y norma la conducta humana. “Vivir
conforme a la razón” dicen los estoicos, en Clemente adquiere el
significado de vivir conforme a las enseñanzas de Jesús el Cristo.
Obedecer al Logos implica conocerlo y esto conlleva
a amarlo. De allí se establece un silogismo fundamental: A la fe le es dado el
conocimiento, al conocimiento el amor, al amor el premio celestial.
Bibliografía
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Barcelona, España 1964
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España. 1986
* Blázquez Marinez, Joé María. El Nacimiento del
Cristianismo. Editorial Síntesis. Madrid, España 196
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Tomo I. Editorial CLIE. Traducción del griego por George Grayling. Notas por
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González, Justo L. Historia del
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Internet
*- Wikipedia
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