El número seis es el primer número perfecto,
puesto que sus divisores propios (1, 2 y 3) suman 6. El siguiente número
perfecto es el 28. Un número perfecto es un número natural que es igual a la
suma de sus divisores propios positivos, sin incluirse él mismo. Dicho de otra
forma, un número perfecto es aquel que es amigo de sí mismo.
Matemáticamente tiene varias
propiedades, entre otras, Es el tercer número triangular, después del 3 y antes
del 10. Un número triangular es aquel que puede recomponerse en la forma de un
triángulo equilátero (por convención, el primer número triangular es el 1). Los
números triangulares, junto con otros números figurados, fueron objeto de
estudio por Pitágoras y los Pitagóricos, quienes consideraban sagrado el 10
escrito en forma triangular, y al que llamaban Tetraktys.
En China, guardaba relación con los influjos
celestes; mientras que en la simbología cristiana es ambivalente: El seis es
mencionado 199 veces en la Biblia.
Seis es el número del hombre, porque el hombre fue creado en el sexto día de la
creación. Seis es también el número del trabajo. Marca la conclusión de la
Creación como el trabajo de Dios. Dios trabajó seis días, y después descansó el
séptimo día. Es importante como número de las obras de misericordia. El
Apocalipsis lo valora como número del mal: 6 x 6 = 36. 36 + 35 + 34 + 33 + 32…
5 + 4 + 3 + 2 + 1 = 666. 666 es el número del anticristo. Esto significa que al
nombre del anticristo en Griego se le agrega hasta 666. Esta es una farsa de la
Trinidad.
16.
Dieciséis.- Simboliza la totalidad y la perfección, lo cual
deriva de ser el cuadrado de los cuatro elementos = 42 = 4 X 4 = 16
36.
Treinta y seis.- Como producto de los números cósmicos 12
(signo del Zodiaco) por 3 (decanes por signo en el antiguo sistema zodiacal
egipcio), el 36 se asocia con la especulación astrológica.
46.
Cuarenta y seis.- En numerología equivale a ADAM (en griego
1 + 4 + 1 + 40 = 46); es también el número de años que se tardó en construir el
Templo.
60.
Sesenta.- Es la base del sistema sexagesimal en Mesopotamia,
siendo punto de inicio de muchas especulaciones numerológicas del antiguo
Oriente.
66. Sesenta
y seis.- En el Islam tiene gran importancia simbólica,
equivaliendo, numerológicamente, al nombre de Alá.
Bibliografía
*- Becker, Udo. Enciclopedia de los símbolos. Robin Book. Barcelona. España. 1966
*- Serrano Simarro, Alfonso y Chel, Alvaro Pascual.
Diccionario de Símbolos. Editorial
Libsa. Madrid. España. 2005
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