Si hay una ceremonia que marca por siempre a
un masón es la Iniciación. Si transformar su vestimenta en traje de
recipiendario convoca a la meditación, que decir de ser introducido al Cuarto
de Reflexión y encontrarse, entre otros, con una calavera, una mesa triangular,
velas, sal, pan, ceniza, agua, lápiz, una silla. Al ser conducido el Aspirante
al Templo, el Ven.·. Maest.·. le pide que externe sus reflexiones luego de
haber pasado un tiempo entre el luto, las lagrimas y el féretro. Luego le
enseña la necesidad de morir al mundo profano, signado por la ignorancia, el
fanatismo, la ambición y otras tantas pasiones que lo degradan; para luego
renacer como Iniciado en un mundo en el cual debemos trabajar para que impere
la virtud y se practique la fraternidad.
En los Antiguos Misterios, el aspirante era
conducido a una caverna en la cual reflexionaba sobre el paso trascendente que
iba a dar. En nuestro actual rito, una vez despojado de los metales, que
simboliza esa costra que en torno a nuestra individualidad forma hábitos
sociales interiorizados desde la infancia y que moldean nuestra personalidad,
que impiden externar lo inmanente de nuestra espiritualidad, porque no es útil
para el estatus social; así que cuando entramos en el Cuarto de Reflexión se
busca entender la parábola del Maestro Jesús cuando le dice a Nicodemo: “de
cierto, de cierto te digo que a menos que uno nazca de nuevo no puede ver el
reino de Dios…” Es la muerte simbólica del hombre profano para dar paso al
iniciado, que transitará por la senda de la Luz en la búsqueda del
Conocimiento, que mediante la razón y la utilización de las herramientas del
constructor de sí, le permitirá descomponer la personalidad egótica y sumarse
como piedra cubica escuadrada y aplomada, a la Gran Obra como un ser reconstruido
espiritualmente porque ha levantado en su alma y espíritu un templo a la
virtud. Ese descenso y ascenso se reconoce por las siglas V.I.T.R.I.O.L. que
aparece en las piedras grabadas de la Cámara de Reflexión y es un acróstico que
simboliza y sintetiza la enseñanza masónica: Visita Interiora Terras Rectificatur Invenies Ocultum Lapidum (Visita
el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta.)
Examinemos ahora cada una de las
palabras: VISITA.
Es el viaje que realiza el iniciado en su propia alma a lo profundo de su ser,
para terminar volviendo al punto de partida. El iniciado no debe quedarse
adentro. El va y regresa. El visita. INTERIORA.
El interior. Esto se interpreta análogamente al principio hermético “Como es
arriba es también abajo” que se puede transformar en “lo que es adentro también
es afuera”. TERRAS.
La tierra, uno de los elementos alquímicos. Representa la parte material del
individuo, como contrario a lo espiritual o etéreo. El cuerpo. RECTIFICATUR. Es el
acto de purificación y de enderezar. Lo que está doblado debe ser aplomado. El
sendero recto que se debe seguir. Rectificando nuestros pensamientos y escuadrando
nuestras acciones nosotros encontraremos la verdad escondida. INVENIES.
Literalmente: “encontrarás”. De la misma raíz de “invención”. Topándose con
algo, previamente desconocido, hallaras la Luz que te guiará. OCCULTUM. Se relaciona
con “occulum”, el ojo. En el Cuarto
de Reflexión ves a tú gran enemigo: tú mismo. LAPIDEM. La piedra. La piedra eres tú,
objeto y sujeto de tu trabajo como ser humano que serás de Luz, como masón. Al
llegar a la piedra alcanzas a conocerte a ti mismo, verdaderamente, sin la
participación de ninguna otra persona. Es el conócete a ti mismo de Sócrates.
Una vez fuera del Cuarto de Reflexión
y ya en el Templo, el Aspirante da los viajes, presta los juramentos y es
instruido en los SS∴
PP∴ y TToc∴. Cada parte de la liturgia tiene un
porqué simbólico que te lleva a interiorizar vivencias que te preparan para
comenzar ese largo camino hacia la sabiduría que te oferta la Filosofía Perenne
que tú construye como individualidad, sobre la base de tú libertad de
pensamiento y con las herramientas que te facilita la Orden masónica.
Los Mast.·. del Taller explicarán a
los aprendices porqué están en la Columna Norte, donde no reciben los rayos del
sol simbólico, pero porqué el Seg.·. Vig.·., quien se encuentra al Mediodía,
bajo la plenitud de la Luz solar, lleva a los obreros aprendices del trabajo,
fuente de conocimiento, a la recreación, donde aplican en su vida, en la Logia
de San Juan, lo que interiorizan en su labor y se van preparando para el día en
que, apertrechados y con la piedra bruta cubicada, puedan ir a su columna a
pedir su aumento de salario. He aquí la magia de la Iniciación.
No en balde se afirma que en el Grado
de Aprendiz se proyecta todo el saber de la masonería. Eso lo vamos descubriendo
en la medida en que aumentamos nuestros niveles de consciencia, que se
representan en los grados masónicos que nuestros QQ.·.HH.·. nos reconocen.
A 02 Agosto 2017
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