Eclecticismo. Del griego
"eklektikós"
(etimológicamente, escogido, seleccionado). En general, el término eclecticismo
se aplica a toda posición filosófica que intenta conciliar en una sola doctrina
elementos procedentes de corrientes filosóficas distintas.
El término fue utilizado en la antigüedad para
referirse a la tendencia, común a las escuelas filosóficas postaristotélicas, a
conciliar doctrinas procedentes de diversas escuelas o corrientes de
pensamiento, seleccionando lo que se consideraba valioso en cada una de ellas e
intentando minimizar las diferencias, que se consideraban, a menudo, puramente
terminológicas. Cicerón, en la antigüedad, y Victor Cousin, en la época
moderna, se consideran representantes típicos del eclecticismo.
Ego
(Latín).- “Yo”. La conciencia
en el hombre de “Yo soy Yo”, o sea el
sentimiento de la cualidad o condición de “Yo
soy”. La filosofía esotérica enseña la existencia de dos Egos
en el hombre, el mortal o personal, y el superior, divino e impersonal.
Al primero le llama “Personalidad”, y
al segundo “Individualidad”, egoidad.
Egoidad.-
Voz derivada de la palabra “Ego”. Egoidad significa “individualidad”, nunca “personalidad”, y es lo contrario de “egoísmo”, el distintivo por excelencia
de la personalidad.
Egrégores
[Del griego Egrégoroi].- El término egrégor o egrégora
significa "alma colectiva",
"espíritu en común", en el
sentido de idea, objetivos, deseos, pensamientos, pasión, etcétera, es decir,
sinergias que constituyen y dan sentido a un grupo. De etimología griega (egregoroi), significa velar, estar
despierto, consciente. Eliphas Lévi los denomina “los príncipes de las almas que son los espíritus de energía y acción”;
cualquiera cosa que puedan o no puedan significar. Los ocultistas
orientales describen los egrégores como “seres”
cuyos cuerpos y esencia son un tejido de la llamada Luz Astral.
Son las sombras de los espíritus planetarios superiores, cuyos cuerpos son de
la esencia de la luz divina superior. (En el libro de Henoch se da dicho nombre a los ángeles que se casaron con
las hijas de Seth y tuvieron por hijos a los Gigantes.)
Emanación. Proceso jerárquico, de descenso o
degradación ontológica, al que recurren, entre otros los filósofos
neoplatónicos, mediante el que se explica la producción de la realidad inferior
como una especie de irradiación a partir de la superabundancia de la superior
(Dios, lo Uno, la realidad subsistente y originaria) sin que ésta pierda su
unidad ni se contamine con lo inferior a lo largo del mismo.
El proceso de producción de lo real por emanación se
distingue tanto de la creación a partir de la nada (defendida por los filósofos
cristianos) como de la formación de la realidad a partir de una materia
preexistente modelada por el demiurgo (Platón).
Emanatismo. Doctrina filosófica adoptada por
los filósofos neoplatónicos, también llamada emanantismo, según la cual el
conjunto de los seres, incluidos los seres materiales, derivan de la realidad
originaria (Dios, lo Uno) mediante un proceso de emanación.
Plotino (204-270) defiende esta posición en la "Enéadas": a partir de la plenitud y
superabundancia del Uno (la realidad subsistente y originaria) y mediante un
proceso espontáneo, se irradian las formas de seres inferiores, organizadas
jerárquicamente, en un proceso descendente que culmina en la producción de la
realidad material.
San Agustín, al-Farabi y Avicena, entre otros,
aceptaron parcial o totalmente esta doctrina neoplatónica.
Empirismo.
Concepción filosófica para la cual el fundamento del conocimiento radica en la
realidad inteligible, considerando incluso como parte de ella las propias ideas
en cuanto existen en la consciencia; de tal manera que la experiencia, sea
sensible, histórica o interior, es el fundamento del conocimiento.
Epicureísmo. Doctrina filosófica de Epicuro de Samos (341-270 a.C.) y de su escuela,
fundada por él en Atenas el año 306 antes de nuestra era, que fue conocida
también como "El Jardín",
por los jardines anexos a la casa de Epicuro en los que se hospedaban sus
discípulos y donde se impartían sus enseñanzas.
El epicureísmo defendió la
física atomista de Demócrito y elaboró una ética del placer (hedonismo) según
la cual el objetivo de la vida feliz consistiría en la ausencia de dolor físico
y moral, representada en los conceptos de "aponía" y "ataraxia".
Uno de sus seguidores más
destacados fue el romano Lucrecio (Titus Lucrecius Carus) del siglo I a.C. del
que se conserva su obra "De la
naturaleza de las cosas", en la que se encuentran expuestas las
principales ideas de esta escuela filosófica que, como tal, mantuvo su
actividad hasta finales del siglo II de nuestra era.
Epistemología - El término significa “estudio del conocimiento” (del griego epistème =
conocimiento y logos = estudio) Es utilizado en dos sentidos: en general
(y en este sentido es sinónimo de gnoseología o crítica) o bien para significar
el estudio de las ciencias (físicas y humanas) de los principios sobre el cual
se fundan, de sus criterios de verificación y de verdad, del valor de los
sistemas científicos.
Epojé. Término procedente del griego "epokhé", que etimológicamente
significa suspender. En general se aplica a la decisión de suspender el juicio.
El término fue utilizado, en este sentido, por los escépticos en la antigüedad,
al encontrarse ante dos proposiciones igualmente defendibles pero opuestas o
contradictorias entre sí.
Con otro sentido lo utiliza Husserl en su método
fenomenológico, al referirse a la puesta entre paréntesis de la realidad del
mundo que conduce a la apropiación de la realidad del yo, de la propia
conciencia.
Esencia. En general, y especialmente desde
Aristóteles, se considera que la esencia remite al "ser esto o aquello" de una cosa, es decir, no a que una cosa
es, sino a "lo que es" esa
cosa. En este caso se habla de la esencia como de algo real.
El término esencia se puede considerar también desde
el punto de vista lógico: en este caso se considera que la esencia es un
predicado mediante el que se define una cosa, o se dice lo que es.
Dependiendo de la adopción de una u otra consideración
(ontológica o lógica) encontramos distintas interpretaciones de la esencia a lo
largo de la Historia de la Filosofía: la metafísica (real), la lógica
(conceptual) o una combinación entre ambas. Podemos considerar que la Idea
platónica representa la esencia de la realidad, en la medida en que Platón
afirma que la “idea” es más real que
la cosa. En el caso de Aristóteles la esencia sería identificable con la “forma”.
La afirmación de que la esencia es algo real y
distinto del objeto del que es esencia ha dado lugar, no obstante, a intensas
polémicas, siendo muchos los filósofos que rechazan tal realidad, por diversas
razones, como las esgrimidas por Okham, Hume, Nietzsche, entre otros...
Fenómeno. Del griego phainomenai (aparecer). El término es usado sobre todo
con Kant, Hegel, Husserl, entre otros, con valores semánticos distintos.
Para Kant el fenómeno es el
objeto de nuestro conocimiento, un objeto que siendo síntesis de una aportación
subjetiva (la forma y las categorías) y de una aportación objetiva (los
estímulos producidos por las cosas a nuestros sentidos) es netamente distinto
de las cosas, que en sí mismas quedan incognoscibles (Ver noumenon).
Para Hegel los fenómenos son las manifestaciones del “espíritu” en la historia. Para Husserl, fenómeno es el aparecer
efectivo de las cosas en nuestra conciencia; por este motivo, para Husserl
estudiar el fenómeno es estudiar las cosas mismas en su forma eidética, es
decir en la forma que asumen en la conciencia.
Geocentrismo. Del término griego "Gea" (Tierra), designa la teoría
astronómica defendida por la inmensa mayoría de astrónomos desde la antigüedad
hasta la época de Copérnico, que afirma que la Tierra está inmóvil en el centro
del universo y que alrededor de ella giran el Sol, los planetas y todas las
estrellas.
Gnoseología. Del griego
"gnosis" (conocimiento) y
"logos" (discurso). Término
con el que se designa la teoría del conocimiento, partiendo de la filosofía que
tiene por objeto la delimitación y definición de lo que es "conocimiento" y el estudio de sus características y
límites.
Aunque la mayoría de filósofos antiguos y medievales
trataron el problema del conocimiento lo hicieron, por lo general,
subordinándolo a cuestiones ontológicas. La filosofía moderna, por el
contrario, hace de la explicación del conocimiento el punto de partida de su
reflexión filosófica, por lo que la teoría del conocimiento alcanzará con ella
una importancia y proyección que no llegó a tener en la antigüedad.
Gnosis. La palabra gnosis viene de la tradición griega,
particularmente del pitagorismo. Se entiende como el conocimiento de lo divino
propio del iniciado.
Gnosis (Parasicología). Fenómeno de
adquisición de conocimiento en estado de misticismo por vía extática, sin
mediar sistema intelectual o pedagógico alguno.
Heliocentrismo. Del
término griego "Helios"
(Sol), designa la teoría astronómica defendida en la antigüedad por Aristarco
de Samos y posteriormente por Copérnico, que afirma el lugar central e inmóvil
del Sol, alrededor del cual girarían todos los astros celestes, incluidas la
Tierra y las estrellas.
Hermenéutica. Del griego
"hermeneia" (traducción,
interpretación). El término "hermenéutica"
fue utilizado tradicionalmente sobre todo en el contexto de la exégesis
bíblica, asociado a las técnicas y métodos de interpretación de dichos textos.
En la actualidad nos referimos más habitualmente a la
corriente filosófica que propone como método, en el ámbito de las ciencias
humanas, la comprensión de las acciones humanas en su contexto histórico y
social, fuera del cual pierden su significado; al mismo tiempo, dicho método
señala la dificultad de tal tarea, al poner de manifiesto la heterogeneidad
entre el significado (matizado por las creencias, tradiciones, prejuicios y
valores, etc.) que pueda tener el "mismo" hecho para el investigador
y para la época investigada. Esta dificultad parece exigir haber comprendido ya
algo para poder comprenderlo, lo que da lugar a una aparente circularidad que
se conoce con el nombre de "círculo
hermenéutico".
Hermenéutica bíblica. El origen de
los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la teología cristiana,
donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de
aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como
revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados
distintos: el literal y el espiritual, este último dividido en tres: el
anagógico, el alegórico y el moral:
El sentido
literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis filológica que sigue las
reglas de la justa interpretación. Según Tomás de Aquino, en Summa
Theologiae I, q. 1, a. 10, ad 1:
“Et ita etiam nulla confusio sequitur in sacra
Scriptura, cum omnes sensus fundentur super unum, scilicet litteralem.”
Y de este modo no existe confusión en las Escrituras, puesto que todos los
sentidos se fundamentan en uno, el literal.
El sentido
espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana, da un
sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos
diferentes:
o
El sentido
alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión
más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de
esa manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo.
(véase 1 Co 10:2).
o
El sentido
moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden
conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (véase 1 Co 10, 11; Epístola
a los hebreos 3-4,11).
o
El sentido anagógico (en griego anagogue)
(o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y
acontecimientos de una significación eterna, que conduce a los cristianos hacia la patria celestial.
Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (véase Apocalipsis
21,1-22,5)
Heurística. Del griego "heurísko" (encontrar, inventar) es
el término con el que nos referimos al método o procedimiento usado en la
investigación o en el descubrimiento de algo.
Hilemorfismo. Término
compuesto de las palabras griegas "hylé"
(materia; etimológicamente, bosque, madera, material de construcción), y "morphé" (forma), con el que se
designa la doctrina aristotélica de la sustancia, según la cual ésta se compone
de materia y forma, constituyendo una unidad indisoluble (de la que ambos
compuestos, materia y forma, por lo tanto, no se pueden separar, a no ser
mentalmente). Según tal doctrina, pues, ni la materia ni la forma pueden tener
existencia independiente o separada.
Hilozoísmo.
Término compuesto de las palabras griegas "hylé" (materia; etimológicamente, bosque, madera, material de
construcción), y "zoé"
(vida), con el que se designa la doctrina según la cual la materia está dotada
de vida, de capacidad para actuar espontáneamente, por lo que no resulta
necesario recurrir a ningún principio vital extrínseco a la materia para
explicar el fenómeno vital.
Homeostasis. Estrechamente ligada a los procesos
del aprendizaje y la motivación, consiste en el ingreso a la conciencia
individual de estímulos externos, que acumulan en la personalidad elementos que
van modificándola; tendiendo a que se conforme un nuevo estado de equilibrio a
partir de la incidencia de esos factores que se reciben, sobre la situación
preexistente de la conciencia.
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