Si hay una doctrina de los pitagóricos que deben
conocer los estudiosos de la filosofía o del esoterismo, es la metafísica de
los números. La misma consiste en que la sustancia de las cosas es el número.
El punto central es que los filósofos jonios
explican el orden del mundo recurriendo a una sustancia corpórea, los
pitagóricos consideran el orden como la sustancia del mundo. El número como
sustancia del mundo es la hipóstasis(*) del orden mensurable
de los fenómenos. De allí que las matemáticas son la vía para entender el orden
y la unidad del mundo.
Es
sustancia original y por ende normatividad del deber ser.
Se han presentado polémicas en torno a la
ambigüedad entre el significado aritmético y geométrico de los números, según
los pitagóricos. Son extensas y profundas y no vienen al caso desempolvarlas
aquí. Lo importante del tema es que tanto el significado aritmético como el
significado geométrico o espacial, resultan fundidos por el número como orden
mensurable del mundo, en razón de que la medida siempre supone una magnitud
espacial ordenada, por lo tanto geométrica, y al mismo tiempo un número que la
expresa.
Los pitagóricos tienen una figura sagrada, la Tetractys
de la Década, por la cual tienen la costumbre de jurar. Ese es el
verdadero significado del numero pitagórico.
Esta figura representa el número 10, pero también
al triangulo que tiene cuatro puntos por lado. Simplemente, observamos una
disposición geométrica que expresa un número o viceversa. Lo que se coloca de
bulto es el concepto del orden mensurable.
Por silogismo, deducen que si el número es la
sustancia de las cosas, todas las oposiciones de las cosas son, por definición,
oposiciones entre números.
El límite y lo ilimitado
es la oposición fundamental. El límite hace posible la medida, lo ilimitado lo
excluye. La oposición esencial de los números es entre pares e impares.
Los pares corresponden a lo ilimitado, los impares a lo limitado. En el número
impar la unidad dispar constituye el límite del proceso de numeración, mientras
que en el par, este limite falta y por ende el proceso queda inconcluso. El parimpar
es la unidad, ya que añadirlo a un par lo hace impar y viceversa.
En total son diez las oposiciones fundamentales que
plantean los pitagóricos. Veamos:
1.- Límite, ilimitado; 2.- Impar, par; 3.- Unidad,
multiplicidad; 4.- Derecha, izquierda; 5.- Macho, hembra; 6.- Quietud,
movimiento; 7.- Recta, Curva; 8.- Luz, tinieblas; 9.- Bien, mal; 10.- Cuadrado,
rectángulo.
Para los pitagóricos el límite es la perfección, de
allí que todo lo situado en la misma parte en la serie de los opuestos es bien,
todo lo que se encuentre en el otro lado, es mal.
La armonía concilia la lucha entre
los opuestos. O sea, la disposición de los números en forma que aparezca una
relación determinada de unos con otros. Recordemos a Anaximandro y esa ley universal que
presintió. Los pitagóricos le dan sentido al misterio que esta encierra. La
armonía, como fundamento y vínculo de los opuestos, es el significado
último de las cosas. Filolao define la armonía como “la unidad de lo
múltiple y la concordia de lo discordante”. La armonía está presente en
todo porque la oposición de los elementos, igualmente, esta en todo. Si afirman
que todos es número, entonces, todo es armonía, porque cualquier número es una
armonía de lo impar y de lo par.
Ahora bien, la expresión más evidente de la armonía
universal está en las relaciones musicales, en consecuencia, la naturaleza de
la armonía es revelada por la música. De allí que los pitagóricos toman las
relaciones musicales por modelo de todas las armonías del universo.
Nota:
Hipóstasis.
(Del lat. hypostăsis, y este del gr. ὑπόστασις).
Bibliografia
*-
Abbagnano, Nicolas. Historia de la Filosofía. 2da edición. Montaner y Simon,
S.A. Barcelona, España 1964
*-
González, Zeferino (1831-1894) Historia de la Filosofía.
http://www.filosofia.org/zgo/hf2/index.htm
*- Kranz,
Walter. Historia de la Filosofia Griega. Tomo I. 4ta edición. 1ra en español.
UTEHA. México. 1962
*-
Wikipedia
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