La masonería se encuentra presente, en Venezuela,
desde el ocaso del siglo XVIII, y su actividad organizativa no cesa a pesar de
los avatares de la guerra. Muchos historiadores profanos obvian esa realidad.
Por ello los MMas.·., comprendemos eventos que otros interpretan de manera
diferente, ya que no tienen la L.·., para entenderlos. He allí nuestro buen
salario.
Desarrollo
Un documento, adquirido por el escritor Ramón Díaz
Sánchez, certifica la recepción masónica de Simón Bolívar
en Paris, la cual tuvo lugar, según el diploma, “el undécimo día del undécimo mes
del año de la Gran Luz 5805, es decir el 11 de noviembre de 1805”(1) El historiador Jesús A.
González Torres señala que “en 1797, Francisco de Miranda fundó en Londres la
“Gran Logia de la Reunión Americana”, de la cual fue nombrado Gran Maestro, y
que posteriormente tendría filiales en París, Madrid, Cádiz, Caracas y Buenos
Aires. Esta Gran Logia fue luego disuelta por Miranda y
reorganizada con el nombre de “Gran Logia Regional Americana de Londres”... En
esta logia se iniciaron los principales próceres y colaboradores de la
independencia americana: Bernardo O’Higgins, José de San Martín… Andrés Bello,
Luis López Méndez, Simón Bolívar, José María Vergara Lozano, Vicente
Rocafuerte, Carlos de Montúfar, entre otros”(2)
Otro dato es la iniciación de Manuel Gual y José
María España, al contactar con masones españoles presos en La Guaira, en el año
de 1797.
Existen noticias, por denuncias eclesiásticas, del
funcionamiento de Logias en Puerto Cabello y en la Isla de Margarita, entre los
años 1804 y 1808.(3)
Durante la Primera República es denunciado Rafael
Diego Mérida de intentar fundar una filial de la Sociedad de los Caballeros
Racionales de Cádiz; hay reseñas de la existencia, entre 1811 y 1815, de una
Logia Colón, también en Caracas. Igual otra en Cumaná, la Perfecta
Armonía No 74(4)
La Inquisición caraqueña recibió la denuncia contra
el jefe del ejército expedicionario realista, el general Pablo Morillo, de ser
masón, quien realmente lo era en grado 33, y entre su cuerpo de oficiales
habían varios, entre otros: Salvador de Moxò, Miguel de la Torre y Juan
Bautista Pardo.(5)
El historiador Efraín Subero menciona en su obra: La
Masonería en Venezuela, el hecho de que se colocó entre columnas de
la R.·. Log.·. Colón al Q.·.H.·. Pablo Morillo y se propicia el armisticio de
1818, que regulariza la guerra (6)
En pleno gobierno realista, entre 1817 y 1818, hay
noticias del funcionamiento de dos logias: una de ellas, en la casa del
comerciante Francisco González de Linares. Igual, se informa de la actividad
masónica del ciudadano ingles John King, quien se encontraba de paso por la
ciudad de Caracas.
De su parte, en el territorio controlado por las
fuerzas patriotas en Guayana, se funda en Angostura, hoy Ciudad Bolívar, en
1818, la Logia Concordia Venezolana, bajo la autoridad de la Gran Logia
Provincial de Kingston, Jamaica.
Entre los militares británicos que lucharon con el
Ejército Libertador, hubo varios masones, quienes
fundaron la Logia Columbiana y se tiene testimonio de una Tenida en Achaguas,
hoy estado Apure, en 1820. Entre los afiliados se encontraba Gregorio Mac
Gregor, héroe de la Independencia Venezolana.
En 1821 se crean las Logias La Unión en Caracas y
Concordia, en Valencia, ambas afiliadas a la Gran Logia de Pensilvania, EE UU.
Tras la Batalla de Carabobo en 1821, la masonería
venezolana recibe un impulso, levantando columnas, en 1822, los siguientes
talleres: la Protectora de las Virtudes; en Barcelona; Perfecta Armonía en
Cumaná; Fraternidad Colombiana en Caracas; Valor y Constancia en Valencia;
Unanimidad de Cartago y Bolívar en La Guaira; todas ellas con cartas patente de
la Gran Logia de Maryland, EE UU.
En 1823 levantan columnas las logias Regeneradores
en Maracaibo y Aurora en La Guaira, ambas con cartas patente de la Gran Logia
de Nueva York. En 1824 existen en Angosturas las logias The Eastern Star of
Colombia y La Concordia, la primera con carta patente de la Gran Logia de
Escocia y la segunda de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
El 16 de mayo de 1824 se funda La Gran Logia de
Colombia, en Caracas, instalándose solemnemente el 24 de junio del mismo año,
día del solsticio de verano y de san Juan, siendo su primer M.·.R.·. Gran
Maestro Diego Bautista Urbaneja. Recordemos que su territorio comprendía
los departamentos de Venezuela, Nueva Granada (hoy Colombia) y Quito (hoy
Ecuador).
Un número importantes de logias venezolanas se
adhirieron a dicha Obediencia: Protectora de las Virtudes, de Barcelona;
Perfecta Armonía, de Cumaná; Unanimidad de Cartago, de La Guaira; Concordia, de
Valencia; Fraternidad Colombiana, de Caracas; Virtud Premiada, de Carùpano;
Regeneradores, de Maracaibo; Libertad, de Puerto Cabello; Valor y Constancia,
de Valencia; Bolívar, de La Guaira; Concordia Venezolana, de Angostura; Unión
Filantrópica, de Coro; Amistad, de Barquisimeto; Aurora, de San Felipe; San
Juan de la Constancia, de Guanare e Hijos de Colón, de El Tocuyo.
La existencia de la Gran Logia de Colombia no fue
óbice para que el Supremo Consejo de Nueva York enviase cartas patentes a tres
capítulos de Cumaná, Barcelona y La Guaira.
En 1823 se imprime en Cumaná el libro Espíritu
de los Estatutos y Reglamentos del Orden Franc-Masónico y Diccionario de todos
los términos y expresiones que están en uso para los trabajos de las Logias;
quizás el primer texto redactado e impreso en Venezuela. Su grabado fue
realizado por el Q.·. H.·. Manuel José Ribas, de la Logia Perfecta Armonía.
En 1824 el Cabildo Eclesiástico de la catedral
recibe denuncia que en la iglesia de San Pablo se había realizado entierro con
insignias masónicas. En 1825 el Q.·. H.·. Josè Natividad de la Saldanha,
brasileño, residenciado en Caracas, escribe un folleto anticatólico dedicado al
Q.·. H.·. Juan de Escalona.
Tras la separación de Venezuela de la Gran
Colombia, la masonería se reorganiza en Caracas el 22 de septiembre de 1830, en
la Gran Logia de Venezuela, siendo el M.·.R.·. Gran Maestro el Q.·. H.·. Diego
Bautista Urbaneja. Año y medio después se creó el Supremo Consejo para el Grado
33 para la República de Venezuela, el cual elige, el 4 de mayo de 1840, como
soberano gran comendador al Q.·. H.·. José Antonio Páez.
Conclusión
La Historia Republicana de
Venezuela del siglo XIX en general y de sus primeras décadas en particular,
está fuertemente ligada a la masonería. Algunos datos son confusos e incluso
historiadores señalan fechas disimiles, pero lo cierto es que testimonian gran
actividad masónica. Su estudio en detalle nos permitirá entender
acontecimientos que la historiografía trata pasando por alto hechos que los HH.·.
MMas.·., tenemos presente. Su significado alcanza relevancia, tanto en cuanto
nos permite analizarlos con profundidad, alejado de cualquier fanatismo que
conduce a dogmatismos y nos alejan de la L.·. Tal es el caso del Armisticio
alcanzado entre los QQ.·. HH.·. Bolívar y Morillo, que regularizó la incruenta
guerra en el territorio nacional.
Cuando interiorizo estos
relatos, siento que la enseñanza masónica aquilata el sentido interior de
humanidad. Entiendo cada vez más el significado y la importancia de la marcha
hacia el Or.·. y descubro que mucho de lo que se nos presenta, pomposamente,
solo es iluminado por el tenue reflejo lunar y por ende requiere de mayor
análisis. Siento que adquiero un buen salario.
Es todo…
S.·. F.·. U.·.
Isidro Toro
M.·. M.·. R.·.E.·.A.·.A.·.
Notas
y bibliografía
1) González
Torres ,Jesús A.. La Masonería en el
proceso de independencia en Colombia. http://elsolweb.tv/2013/07/la-masoneria-en-el-proceso-de-independencia-en-colombia-2/
2)
Ídem
3) Diccionario de Historia de Venezuela. Tomo
III, Fundación Polar. 2da edición. Caracas 1997. Pág. 75
4) Perramon
Q., Edgar. Breve Manual Masónico.
Pág. 29 Tercera edición. Cultural Print, C.A. Caracas, 2006.
5) Diccionario
de Historia de Venezuela. Ob cita. Pago 75
6)
Subero,
Efrain. La Masonería en Venezuela
Biblioteca Masònica de Venezuela. Caracas, 2010. Pag.
Diccionario
de Historia de Venezuela. Tomo III, Fundación Polar. 2da edición. Caracas
1997.
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