Este 26 de enero se conmemoró el 205 aniversario del
natalicio del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. Fue un encuentro emotivo donde
miles de dominicanos asistieron al Altar de la Patria. Fue momento propicio
para manifestar opiniones nacionalistas con respecto a temas fronterizos y para
rememorar los hechos históricos que le dieron vida independiente a la República
Dominicana.
En el Altar de la Patria se hicieron presentes un nutrido
grupo de masones identificados por su vestimenta distintiva. Estaban allí por
su doble condición de dominicanos y hermanos masones de Juan Pablo Duarte. Duarte
fue masón tal como se reseña en la página web de la Respetable Logia Caballeros
de la Patria 53, ubicada en Santo Domingo, donde se escritura que “en el plano de las comprobaciones
concretas, sólo existe el dato extraído de viejas minutas del historiador de la
masonería, Haim López-Penha, en las que el nombre de Juan Pablo Duarte aparece
inscrito con el cargo de “Arquitecto Decorador” de
la Logia Constante Unión No. 8 y registrado con el oficio de comerciante, como
se atestigua en la minuta del 24 de junio de 1843 en el cuadro de dignatarios
de dicha logia, bajo los auspicios del Gran Oriente de Haití. Esta Logia funcionaba
en la Casa de las Gárgolas, ubicada en la Calle Las Mercedes próxima a la Calle
Las Damas”.
El historiador Roberto Cassá en su obra Padres de la Patria, señala que Juan
Pablo Duarte crea la Sociedad Secreta La Trinitaria el 16 de julio de 1838. Apunta
Cassá que la dotó de los recursos prácticos y organizativos necesarios para
alcanzar sus objetivos. Para ello la asoció con la tradición masónica, siendo
su principal rasgo distintivo el pensamiento libertario de la Ilustración y el
secreto. Le dio una organización celular, siendo cada cuerpo de conspiradores
independiente del resto, concibiéndose como una cadena que confluía en los
primeros iniciados. Los trinitarios se identificaban por un seudónimo y un
color: Duarte tenía el azul, Sánchez el verde y así sucesivamente (Cassá, págs.
19 y 20). La periodista Julie Estévez Guílamo en un
artículo publicado en el Diario Hoy
el 13 de febrero de 2013, intitulado Duarte, “El Esclarecido e Ilustre Hermano Masón”; señala que “tanto la idea de conformarse secretamente y
hacerlo de tres en tres constituía una simbología. Sin dejar de tomar en cuenta
que uno de los requisitos primordiales requeridos para unirse a esta misión,
era ser parte activa de la vida masónica”.
En el procerato independentista de América se encuentran
miles de masones. Comenzando por Francisco de Miranda, siguiendo con George
Washington, José de San Martín, Bernardo O'Higgins, el Libertador Simón Bolívar,
Antonio José de Sucre y pare de contar. Todos abrevaron en la Ilustración y su
consigna más emblemática era la de “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, la misma
que distinguen a los masones en el mundo desde el siglo XVIII.
Estudiar el proyecto de Constitución de Juan Pablo Duarte
y Diez, es adentrarse en su individualidad masónica. Es un manuscrito en el
cual plasmó lo que él aspiró debería ser la República Dominicana. Hay que
investigarlo con las herramientas filosóficas que proporciona la Masonería para
encontramos con un ser superior, adalid de la justicia, en pleno ascenso a los
planos superiores de la existencia eterna.
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