El interés de este escrito es identificar algunas
características y autores del gnosticismo en los primeros siglos de la era
Cristiana. De la formulación doctrinaria y de la influencia que alcanzó en la
época que nos ocupa, hoy en día podemos percibir una influencia que no deja de
ser importante para los estudios de teología y filosofía cristiana.
En el artículo de Wikipedia sobre el gnosticismo se
afirma que “es un conjunto de corrientes sincréticas filosófico-religiosas
que llegaron a mimetizarse con el cristianismo en los tres primeros siglos de
nuestra era, convirtiéndose finalmente en un pensamiento declarado herético
después de una etapa de cierto prestigio entre los intelectuales cristianos”.
Se tienen como las fuentes originales del gnosticismo los textos descubiertos
en el pueblo de Nag Hammadi, Egipto, en 1945.
Estos valiosos documentos están
escritos en copto y se consideran inspirados por Hermes Trismegisto. Estos
manuscritos comprenden 52 tratados gnósticos, pero también tres obras
pertenecientes al Corpus Hermeticum y una traducción parcial y adecuada
de La República de Platón. Se cree que los códices forman parte de una
biblioteca ocultada por los monjes del cercano monasterio de San Pacomio cuando
la posesión de estos escritos fue declarada una herejía.
Muchos fragmentos de las obras gnósticas se
encuentran en los escritos de cristianos quienes combaten el gnosticismo.
Origen del gnosticismo.
Autores consideran que el gnosticismo surge en la
región de Siria – Palestina algún tiempo antes que la aparición del
cristianismo. Los dirigentes formaron escuelas o sectas que cumplían con
diferentes formas rituales, como el bautismo, banquetes sacramentales, unción
del aceite, entre otros.
Elaboran una doctrina que es desarrollada por
diferentes maestros, pero que conserva un mínimo común denominador y ello
contribuyó a su rápida propagación, si atendemos a la denuncia de autores
cristianos.
Estos escritores eclesiásticos hacen de Simón el
Mago el fundador del gnosticismo. Simón el Mago, llamado también Simón
de Gitta fue un líder religioso samaritano, mencionado en la literatura
cristiana primitiva. Se encuentran referencias a Simón el Mago en los Hechos
de los Apóstoles (Hechos 8:9-24), en las obras patrísticas de
Justino Mártir, Ireneo de Lyon e Hipólito, en los Hechos apócrifos de Pedro
y en la llamada "literatura clementina", atribuidas al papa
Clemente I de Roma. No está claro si todas estas fuentes se refieren a un solo
personaje o a varios personajes distintos.
Otro personaje de aquel tiempo fue Menandro,
quien da a conocer una cosmovisión gnóstica en Alejandría. Menandro es un
mesías samaritano discípulo de Simón el Mago. En vida, si nos atenemos a la
información proporcionada por Ireneo de Lyon, Menandro habría sido considerado
como un Salvador de hombres venido de las regiones invisibles.
Un grupo conocido como el docetismo se
considera una secta gnóstica. La herejía docética toma este nombre de la
raíz griega dokéō (δοκέω), que significa parecer o parecerle a
uno. Es una doctrina aparecida a finales del primer siglo de la era
cristiana, que afirmaba que Cristo no había sufrido la crucifixión, ya que su
cuerpo sólo era aparente y no real. Es esta idea la que el apóstol Juan quiere
desestimar cuando escribe su primera carta universal 1 (Jn 1:1). Incluso
el filósofo gnóstico Basílides afirmó, para explicar el traslado de la cruz,
que fue Simón de Cirene y no Cristo quien la cargó.
Para la época el gnosticismo había penetrado el
Asia Menor y Egipto. Basílides, predicó un gnosticismo cristiano en Egipto
entre lo años 117 y 161. Valentín en Siria – Palestina entre los años 276 y
300. En Roma Marción a mediados del siglo II, al punto que Irineo de Lyón
publica el año 130 su Adversus haereses contra los gnósticos.
La gnosis
De la obra gnóstica que se ha conservado, se
desprenden algunas consideraciones de gran importancia para el estudio del
pensamiento de la época.
La gnosis se puede considerar la primera
investigación de una filosofía del cristianismo. Investigación que incluye
elementos míticos, neoplatónicos y del paganismo oriental. La gnosis se
considera un conocimiento religioso distinto de la simple fe. La palabra gnosis
viene del griego y significa, según la tradición pitagórica, el conocimiento de
lo divino propio de los iniciados.
Sobre la base señalada, un grupo de pensadores
cristianos del siglo II hicieron del conocimiento la clave de la salvación.
En los textos de varios autores gnósticos de la
época, aunque muestran sus particularidades, presentan elementos esenciales que
distinguen a la doctrina. Dios es trascendente al mundo, su sabiduría crea al
demiurgo quien organiza el mundo, por ello es la maldad en el mismo. El mundo
está regido por los sietes arcones malos, que se asemejan a los planetas y
están subordinados al demiurgo.
El alma desciende de la región celeste a través de
los planetas hasta llegar al mundo y al cuerpo humano, para regresar luego a la
región celeste después de la muerte.
El dualismo está presente en el sistema gnóstico.
El de luz – tiniebla que es de origen iranio. El de alma – cuerpo y espíritu –
materia, que son conocidos en el helenismo. Es predicada la revelación
salvación y ésta puede ser por una figura del pasado como Adán o Set, o
contemporánea como Simón el Mago o Menandro.
Maestros gnósticos
Basílides
Enseña en Alejandría, Egipto, entre los años 120 y
el 140. Intentó hacer una gran síntesis entre gnosis y cristianismo. Sus
teorías se conocen por Ireneo (Adversus haereses), Clemente de
Alejandría (Tapetes) e Hipólito (Filosofemas).
Basílides considera que el mundo del cielo procede
por una cadena de emanaciones desde el Dios desconocido. La última clase de los
ángeles creó el mundo y el hombre. Es de interés revisar la relación existente
entre la cábala y el tema citado.
La fe es una entidad efectiva, puesta por Dios en
el espíritu de los elegidos predestinados a la salvación. Admite dos
principios de la realidad: uno como causa del bien, otro como causa del mal; o
sea, la luz y las tinieblas. Puestas en contacto entre sí, las tinieblas
trataron de unirse a la luz y participar de ella, pero la luz se mantiene
alejada de las tinieblas, sin absorberlas. Las tinieblas dan lugar a una
apariencia y a una imagen de la luz que es el mundo en el cual el mal predomina
y el bien se encuentra en poca cantidad. Basílides no admite la lucha entre
estos dos principios, como el gnóstico persa Manes, fundador del maniqueísmo.
(11)
Para Basílides, Cristo descendió al mundo para
salvarlo, pero no padeció, sino que prestó su persona a Simón de Cirene.
Basílides, como los gnósticos de la época, son docetistas.(12)
Carpócrates de Alejandría
Filósofo y teólogo del siglo II. Sus opiniones son
una mezcla de cristianismo y platonismo. Sostenía que el mundo era una creación
de ángeles caídos privados de su pureza originaria. Por ello, esta creación es
mala y sólo podía el hombre liberarse de ella profesando la gnosis o ciencia de
lo divino.
La presencia de Cristo entre los hombres la explica
Carpócrates basándose en la filosofía platónica, particularmente en la teoría
de las reminiscencias. Cristo fue superior a los demás hombres porque su
alma pudo recordar con mayor amplitud todo lo que había visto durante su
vida con el Padre increado. Logrando de Éste un dominio especial que le
permitió sustraerse del dominio del mundo y regresar libremente hasta Él. Toda
alma que se atenga a la misma línea de conducta logrará regresar al Dios Padre
inefable.
Carpócrates y sus seguidores creían en la
trasmigración de las almas de cuerpo en cuerpo, hasta haber cumplido el ciclo
de la experiencias pecaminosas y una vez transitado por esta odisea, el alma se
hace digna de volver con el Padre, lastrándose de todo lazo con cuerpo alguno.(13)
Valentín
Valentín es, posiblemente, quien trabaja con mayor
enfoque filosófico el gnosticismo. Considerado el gnóstico más peligroso por la
iglesia cristiana de la época, fundó una comunidad cristiana en Alejandría de
la cual fue expulsado el año 140. Luego viaja a Roma donde sus ideas ganan
muchos seguidores.
La teología de Valentín comprende un ser
incorruptible e increado ubicado en la cima de la realidad y que llaman Padre
o también Eón. Eón es palabra que viene del griego y se traduce como
eterno, pero los valentinianos lo identifican como perfecto. Este primer
principio está formado por una pareja de términos los cuales son Abismo y
Silencio y los eones que emanan de él están integrados por parejas.
Del primer Eón se derivan la Mente y la Verdad, de
las cuales proceden por emanación la Razón y la Vida; que a su vez de allí
proviene el Hombre, como determinación divina y la Comunidad, comunidad de la
vida divina.
Estas ocho determinaciones divinas conforman el
reino de la perfecta vida divina o Pleroma. El último Eón, la Sabiduría,
quiso descubrir el primero, el Abismo y procuró subir hasta el Pleroma, pero su
esfuerzo fue inútil dando origen al mundo, siendo producto de un
esfuerzo incompleto, fracasado, con errores y llanto. “De la desazón e
inquietud nacieron las tinieblas; del temor y de la ignorancia nacieron la
malicia y la perversión; de la tristeza y el llanto las fuentes de agua y los
mares. Cristo fue enviado por el Primer Padre, inviolable en su misterio, para
restaurar el equilibrio roto por el sueño loco de la sabiduría”, según nos
explica Tertuliano, en su texto: Contra los valentinianos,2.(14)
De esta manera el universo surge de la rebelión
infructífera del eón sabiduría, que da origen a la obra plasmadora de un
demiurgo. Valentín dividía a los hombres en tres categorías: los carnales, los
psíquicos y los espirituales o pneumáticos. Los carnales están destinados a la
perdición, los segundos pueden salvarse haciendo un gran esfuerzo, mientras que
los pneumáticos son privilegiados que tan sólo deben conseguir la gnosis, el
conocimiento de los misterios divinos para alcanzar la felicidad, incluso
podían aspirar a la perfección y al desposorio con los ángeles.(15)
Discípulo de Valentín fue Bardesanes, nacido en Edesa el año 154, muere el 222.
Estudioso la astrología babilónica y egipcia profundiza en la teoría de la
influencia de los astros sobre los acontecimientos del mundo y las acciones
humanas.
Manes
Mani o Manes (en persa مانی, en latín Manichaeus)
(215-276 d.C.) fue un líder religioso iraní, fundador del maniqueísmo, una
antigua religión gnóstica que llegó a alcanzar una gran difusión, sobreviviendo
varios siglos. Si bien sus escritos se han perdido, sus enseñanzas se han
conservado parcialmente en manuscritos coptos, procedentes de Egipto y en
textos más tardíos del maniqueísmo que se desarrolló posteriormente en China.
Manes se proclamo Paráclito (del griego parakletos:
aquel que es invocado), o sea, que debía llevar la doctrina cristiana a su
perfección.
Según los relatos biográficos de al-Biruni
—conservados en una enciclopedia del siglo X, el Fihrist, de Ibn
al-Nadim—, recibió una revelación de un espíritu al que llamaba Syzygos
o "Gemelo". Cuando tenía alrededor de 25 años, comenzó a predicar su
nueva doctrina basada en la idea que podía alcanzarse la salvación mediante la
educación, la negación de uno mismo, el vegetarianismo, el ayuno y la castidad,
lo que revela influencias cristianas, orientales y de la religión de
Zaratustra.
Manes intenta un sincretismo entre doctrinas
gnósticas, judías, cristianas y orientales como el budismo, sobre el cimiento
del dualismo de la religión de Zaratustra. Admite el principio del mal,
simbolizado en las tinieblas; frente al otro: la luz o el bien, los cuales
combaten permanentemente en el mundo. Para Manes, antes de la existencia del
cosmos, había dos sustancias primordiales o raíces, igualmente poderosas y
eternas: la luz y la oscuridad. La primera, residía en el norte y la segunda en
el sur. Cada una tenía un rey: el Padre de la grandeza y el Rey de las
tinieblas. La región de la luz tiene cinco moradas o miembros de Dios:
inteligencia, razón, pensamiento, reflexión y voluntad. La región de las
tinieblas está formada por cinco abismos: humo, fuego, aire, agua (barro) y
tinieblas, dirigidos por arcontes con formas de demonio, águila, león, pez y
serpiente. Cada reino tiende a la expansión, generando una dinámica de la luz
hacia lo alto y la oscuridad, hacia abajo; cuando chocan, la oscuridad
obstaculiza la luz y en consecuencia, se rompe la dualidad al mezclar las
fuerzas contrarias, de lo que surge el mundo y el tiempo. Éste último, el
tiempo, incluye tres lapsos: el momento en que se efectuó la mezcla, el pasado;
la persistencia de la mezcla o el presente, que es el período de los profetas
quienes anuncian los procedimientos que deberán aplicarse para lograr de nuevo
el alejamiento; y el futuro, o consumación de la separación.
La relación del bien con el mal es compleja en el
maniqueísmo, ya que la historia del mundo está determinada por el constante
movimiento del mal, el cual es una sustancia existente y el triunfo sobre èl, consiste
en relegarlo al lugar en el cual pertenece para que no irrumpa nuevamente en el
reino de la luz.
El hombre posee dos almas: una corpórea, principio
del mal; otra luminosa, que es del bien. El hombre llega a su perfección
manteniendo una conducta acorde con los postulados que incluye, entre otros,
abstenerse de la comida animal, los discursos impuros, entre otros.
El maniqueísmo llegó a tener tal fuerza
especialmente entre la nobleza, siendo San Agustín su más implacable
adversario.(16) (17)
Para finalizar esta sección podemos afirmar que el
gnosticismo fue una corriente filosófica que marcó al cristianismo, estando aún
hoy presente en las investigaciones del Santo Oficio, precaviendo cualquier
insurgencia basada en ideas que, aunque lejanas en el tiempo, no totalmente
desechadas por sectores religiosos o grupos emergentes quienes buscando
alternativas, encuentran formulas de interés en el pensamiento cristiano de la
gnosis antigua. Igual hay que tener gran cuidado ya que en la actualidad existen
grupos religiosos que utilizan el calificativo de gnósticos, pero poco o nada
tienen que ver con el sistema de pensamiento desarrollado por los seguidores de
principio de la era cristiana.
El gnosticismo fue una referencia permanente en la
mayoría de los autores cristianos del momento e incluso, algunos asumen
posiciones compartidas con escritores gnósticos, mientras que otros centran su
elaboración teórica en el combate de la precitada doctrina.
Hemos intentado adelantar, en apretada síntesis, una
revisión del gnosticismo de los primeros siglos de nuestra era, época
reconocida como del cristianismo primitivo o del inicio de la patrística,
discerniendo que la herencia espiritual y filosófica de Jesús y lo sucedido en
los siglos posteriores con la doctrina cristiana que se interiorizo en mentes y
corazones de millones de humanos en todo el tiempo transcurridos desde Jesús
hasta hoy, no se puede comprender en toda su extensión sin tener presente la
gnosis..
Bibliografía.-
*- Abbagnano, Nicolas. Historia de la Filosofía.
2da edición. Montaner y Simon, S.A. Barcelona, España 1964
*-
Backhouse E., Tylor C. Historia de la Iglesia Primitiva. Tomo I. Libros CLIE.
Barcelona. España. 1986
* Blázquez Marinez, Joé María. El Nacimiento del
Cristianismo. Editorial Síntesis. Madrid, España 196
Internet:
Wikipedia
Metapedia
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