Blancanieves es un antiquísimo cuento de hadas cuya
versión más difundida es la de los hermanos Grimm y quizás la más popular es la
adaptación cinematográfica titulada Blancanieves y los siete enanitos
(1937), de Walt Disney.
La historia se presenta simple: Blancanieves queda
huérfana de madre al nacer quedando en manos de su madrastra, quien era una
hechicera muy poderosa, además de ser egoísta, malvada, mala y excesivamente
vanidosa.
Blancanieves crece luchando contra los distintos
pecados capitales: la pereza, la envidia, la soberbia, la ira, la avaricia, la
lujuria, la gula... Toda una mezcla de pasiones dignas para que un
psicoanalista trate de encontrar el origen.
De nuestro lado, ponemos en relieve como la
educación formal puede llegar a falsear los instintos sociales que se llaman
honor, virtud y justicia, creando muchos problemas al individuo al manifestar
desviaciones por un ego exacerbado.
Frente a esa realidad, Blancanieves siempre busca
sobreponerse, derrotando el símbolo del mal, encarnado en su madrastra, la
reina Malvada y su círculo de secuaces.
Entre los aliados con los que cuenta Blancanieves,
están un grupo de enanos quienes no se distinguían por ser modelos de ciudadanos.
En algunas versiones cinematográficas lo presentan como un grupo de siete
enanitos asaltantes de caminos.
Lo cierto es que Blancanieves ha logrado construir
dentro de sí, en su individualidad, en su conciencia, un templo de virtudes que
orientan su conducta; mientras que sus aliados representan lo que podríamos
llamar unos practicantes de los siete pecados capitales. Veamos:
Doc encarna
la soberbia. Vive en un constante deseo de recibir honores y reconocimientos a
cualquier costo. En fin, se cree superior a los demás.
Estornudo es el
típico avaro. Su misión en la vida es acaparar riquezas, sin importarle las
consecuencias con el prójimo.
Tontin es
esclavo de su apetito sexual que lo mantiene atontado.
Gruñon,
personifica la ira, la dificultad para aceptar contrariedades y vive en
permanente descontento, siempre resentido con respecto a los demás.
Feliz sólo
piensa en comer y beber. Simboliza la gula.
Tímido es
carcomido por la envidia. Con su pobre autoestima, está resentido por las
cualidades o logros de los demás.
Dormilon, como
bien su nombre lo indica, representa la pereza con un permanente desgano por
obrar en el trabajo o por responder a los bienes espirituales y hacer el bien a
los demás.
Con estos aliados Blancanieves debe recuperar el reino
e imponer un gobierno de paz, armonía y justicia para todos los súbditos.
¡Parece una contradicción!
Blancanieves procede con su ejemplo, proyectando el
templo de virtudes entre sus colaboradores, logrando cambios sustanciales en
cada uno de ellos. Al soberbio Doc, le inculcó la humildad, haciéndole reconocer que en nuestra existencia
solamente tenemos nada. A la avaricia de Estornudo, le enseñó la generosidad, haciéndole sentir en su
espíritu el bien que produce dar sin esperar nada a cambio. A Tonti, el
lujurioso, le mostró los beneficios de dominar
los apetitos sexuales. Gruñón, el iracundo, le señaló el camino de la paciencia y el arte de recibir en
paz y serenidad las adversidades. Feliz, la
templanza para controlar la gula, la moderación en el comer, en el beber y
en el accionar. Al envidioso Tímido, le muestra la caridad que genera paz espiritual que conquista cuando le deseas
y le haces el bien al prójimo. Y finalmente al perezoso Dormilón, le
modela la diligencia con prontitud
de ánimo para hacer el bien, sin mirar a quien.
Con su ejemplo Blancanieves levanta y transforma un
ejército de extraviados por la incongruencia de algunas normas sociales, en un
conjunto donde laboran todos a una, en función del bien común. La conclusión es
que tiene éxito en su cometido.
La enseñanza de esta historia más que centenaria,
es que en la lucha por conseguir objetivos debemos contar con todas aquellas
personas de buenas costumbres, que aunque se encuentren perdidos por cierto
males sociales, son útiles para alcanzar metas en beneficio de la comunidad. Es
un ejemplo de buen pragmatismo.
El liderazgo en todos los órdenes de la vida debe
dar el ejemplo de moral, tener ideas claras, exponerlas, organizarse y saberse
rodear de personas que prometan y desechar aquellos irrecuperables, porque esos
son a los que hay que derrotar.
Blancanieves luchó ella misma a lo interno para
construir en su ser, en su conciencia, el faro de luz que luego sería guía para
recuperar recursos humanos y con ellos, derrotar a los irrecuperables.
Los irrecuperables se simbolizan en la Masonería
con unas piedras deformes, sin consistencia, que se colocan fuera del Templo
como ejemplo de que en la Orden no entra todo el mundo. Ahora bien, toda piedra
susceptible de ser labrada, auto esculpida, con el objetivo claro, diáfano, de
construir un templo individual de virtudes, como el de Blanca Nieves, puede
tocar las puertas del Templo que se le abrirán, pedir sabiduría y se le
mostrará el camino y buscar la Luz y encontrar su Maestro Interno.
La Masonería enseña con símbolos y alegorías. El
mundo profano está plagado de enseñanzas que los ojos carnales no ven porque se
encuentran subsumido en lo múltiple y variable de las tinieblas de Occidente,
mientras que el Iniciado, quien ha emprendido su camino hacia el Oriente, que
es el simbolismo del origen de la Luz, lo sutil de la Sabiduría, representado
por el UNO, como figura excelsa que todo lo contiene y del cual deriva lo
múltiple de donde parte el DOS y así sucesivamente. Blanca Nieves es solamente un
ejemplo de la belleza de la sabiduría que se enseñorea ante nuestros ojos y que
sólo los Iniciados la percibimos y la interiorizamos.
Ap:. 20 nov, 2018
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