Hemos
recibido la plancha burilada y presentada en su Taller por el Maestro Masón, Q.·.H.·.
Abel García, hijo y Venerable Maestro de la Benemérita Resp:. Log:. Templo de
Salomón 172, al Or.·. de Caracas, Venezuela, la cual distribuimos como material
para ser utilizado en la Cámara de Instrucción Masónica.
Nos dice el Q.·. H.·. García: “Sin lugar a dudas toda la enseñanza
masónica está basada en el valor del trabajo. El arquetipo principal que nos
lleva de la mano a entender la ética de todo masón, es la del hombre que se
talla a sí mismo. El trabajo entendido como un fin en sí, para la obtención de
la excelencia y no sólo del conocimiento.
Si
entendemos el trabajo como un medio, enseguida estaremos relacionando el
esfuerzo con sacrificio, y no como el compromiso que todo masón y especialmente
el maestro masón debe tener cuando trabaja masonería.
Trabajar
masonería, no debe ser una actividad complementaria en la vida del iniciado,
entendiendo el trabajar masonería como el comportamiento cotidiano de todo
masón.
La
ética que conduce a todo hermano masón, debe estar fundamentada en los
principios intrínsecos de la masonería. Como lo son: El respeto a la moral y a
las buenas costumbres, la honestidad, y la práctica de todas estas virtudes con
sus hermanos y toda su comunidad.
James
Anderson (1678-1739) quien fuera el autor del llamado: Libro de las Constituciones, o mejor conocida como: La Constitución de Anderson, que fue
concluido en 1723 y que reunió las reglas de la masonería que hasta entonces
existían, y que fue reeditado en 1738, 1756, 1767 y 1784. En el Párrafo Primero
de las Constitución de 1723, realiza una clara descripción del comportamiento
ético de todo masón:
“Un Masón está obligado, por su
condición, (a) a obedecer la ley moral, y si comprende el Arte, nunca se
convertirá en un estúpido ateo, ni en un libertino irreligioso. Aún cuando en
los tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país a practicar la
religión que se observaba en ese país, hoy se ha creído más oportuno no
imponerle otra religión que (b) aquella en
que todos los hombres están de acuerdo,
y dejarles completa (c) libertad respecto a sus opiniones personales; es decir, (d) ser hombres buenos y leales, (e) es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera
que sea la diferencia de sus Denominaciones o de sus Confesiones. De este modo
la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer
relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido
separados entre sí.”
En este párrafo de destaca claramente la
intención de Anderson por exaltar valores como:
a) Respeto
a las leyes de convivencia social.
b) Respeto
a la libertad de pensamiento y opinión
c) Tolerancia
d) Honorabilidad
e) Responsabilidad
Todos
estos valores éticos se encuentran en la simbología del hombre que se talla a
sí mismo. Imagen que contiene multiplicidad de interpretaciones, siempre
dependientes no solo del nivel de estudio alcanzado en los augustos misterios
masónicos, sino del trabajo que cada uno ha hecho para alcanzar un grado de
madurez masónica, así como el de madurez personal, que definitivamente revelará
ante sus ojos, el misterio que encierra esta imagen, abstracta e incomprensible
para una mente no entrenada; que si bien no necesariamente pertenece a la
simbología oficial, es perfecta para crear una imagen mental en aprendices y
compañeros y por supuesto en maestro masones, que ayude a reflexionar en lo que
debe ser, no solo el trabajo de esculpirse, sino cuantas dimensiones de nuestro
ser son posibles de ser deslastradas.
Al
desarmar la imagen que hemos propuesto, encontramos en primer lugar, al humano
(El
cuerpo), multidimensional, complejo, único. Si intentamos identificar a
este magnífico ser, debemos comenzar por su corporeidad, es decir su lugar
físico, de delicado equilibrio, el cual debe atender conscientemente, so pena
de dañar ese preciado vehículo; repositorio para algunos de la mente, sitio no
determinado aún, pero al cual se le identifica como la genuina chispa de dios
en el hombre, capaz de crear universos y destruirlos con un solo trillar de
dedos.
El
mazo (El alma): símbolo de la fuerza o del poder temporal, que mal
utilizado quiebra o daña sin mucho esfuerzo, hasta el más duro de los
materiales.
El
cincel (El espíritu): símbolo de la voluntad, que sin dirección y sin
sapiencia deformará hasta la intención más valiosa, desfigurando una preciosa
obra de arte, convirtiéndola en vulgar parapeto.
Esta
visión holística del masón y su entorno, debe ser la guía para el estudio del
comportamiento ético masónico.
Muchos
son los arquetipos que podemos utilizar para crear un análisis de la enseñanza
masónica y su ética intrínseca, que nos lleve a la conclusión que intentamos
determinar desde el principio de esta plancha: La simbología masónica, es el
reflejo de la ética masónica, la cual está basada en el trabajo.
Por
sí mismos, los símbolos y los signos utilizados en los ritos y rituales; son
una amplísima cantera de conocimientos, que deben ser aprovechados en las
diferentes cámaras; no solamente para el análisis del significado masónico,
sino para concientizar que la vida masónica no se realiza solamente dentro de
las logias; que el conocimiento adquirido debe ser practicado día a día, y que
no se estudia para saber solamente, se aprende para llevar a cabo. O dicho en
otras palabras: “Las enseñanzas masónicas
no solo se deben aprender, deben ser aprehendidas.”
Los
masones, a lo largo de la historia hemos sido garantes de tradición y
conocimiento, ejemplos de ética; ciudadanos ejemplares que se han convertido en
modelo para generaciones. Esto ha sido posible por la puesta en práctica por
parte de estos hermanos, de los principios éticos masónicos en su vida
cotidiana.
El
trabajo de los masones operativos, que aún vive en las hermosas construcciones,
es el ejemplo más fiel de cómo lo físico y lo espiritual, se pueden unir en una
armonía que cause asombro por su belleza, y respeto por su significado. Por su
parte, los masones especulativos, debemos buscar esa armonía en nosotros
mismos, y tratar de construirla alrededor nuestro; enseñando con el ejemplo y
estando conscientes de que el secreto masónico no reside en los símbolos de la
masonería; reside en el valor profundamente ético-masónico que cada hermano
debe darles, para luego aplicarlos en sí mismo y en su comunidad.”
Nos despedimos con un T∴A∴F∴ y con los Signos (SSig∴) Palabras (PPal∴) y Tocamientos (TToc∴) que nos son conocidos.
S∴F∴U∴
Ramón Osiris Blanco Domínguez
Muy Respetable Gran Maestro
Isidro
Toro Pampols
Presidente de la Gran Comisión
de Instrucción Masónica
No hay comentarios:
Publicar un comentario