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martes, 1 de enero de 2019

Entre la Simbología y la Ética



Hemos recibido la plancha burilada y presentada en su Taller por el Maestro Masón, Q.·.H.·. Abel García, hijo y Venerable Maestro de la Benemérita Resp:. Log:. Templo de Salomón 172, al Or.·. de Caracas, Venezuela, la cual distribuimos como material para ser utilizado en la Cámara de Instrucción Masónica.  

Nos dice el Q.·. H.·.  García: “Sin lugar a dudas toda la enseñanza masónica está basada en el valor del trabajo. El arquetipo principal que nos lleva de la mano a entender la ética de todo masón, es la del hombre que se talla a sí mismo. El trabajo entendido como un fin en sí, para la obtención de la excelencia y no sólo del conocimiento.


Si entendemos el trabajo como un medio, enseguida estaremos relacionando el esfuerzo con sacrificio, y no como el compromiso que todo masón y especialmente el maestro masón debe tener cuando trabaja masonería.

Trabajar masonería, no debe ser una actividad complementaria en la vida del iniciado, entendiendo el trabajar masonería como el comportamiento cotidiano de todo masón. 

La ética que conduce a todo hermano masón, debe estar fundamentada en los principios intrínsecos de la masonería. Como lo son: El respeto a la moral y a las buenas costumbres, la honestidad, y la práctica de todas estas virtudes con sus hermanos y toda su comunidad.

James Anderson (1678-1739) quien fuera el autor del llamado: Libro de las Constituciones, o mejor conocida como: La Constitución de Anderson, que fue concluido en 1723 y que reunió las reglas de la masonería que hasta entonces existían, y que fue reeditado en 1738, 1756, 1767 y 1784. En el Párrafo Primero de las Constitución de 1723, realiza una clara descripción del comportamiento ético de todo masón:

“Un Masón está obligado, por su condición, (a) a obedecer la ley moral, y si comprende el Arte, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un libertino irreligioso. Aún cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país a practicar la religión que se observaba en ese país, hoy se ha creído más oportuno no imponerle otra religión que (b) aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa  (c) libertad respecto a sus opiniones personales; es decir, (d) ser hombres buenos y leales, (e) es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus Denominaciones o de sus Confesiones. De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí.”

En este párrafo de destaca claramente la intención de Anderson por exaltar valores como: 

a)     Respeto a las leyes de convivencia social.

b)     Respeto a la libertad de pensamiento y opinión

c)     Tolerancia 

d)     Honorabilidad

e)     Responsabilidad

Todos estos valores éticos se encuentran en la simbología del hombre que se talla a sí mismo. Imagen que contiene multiplicidad de interpretaciones, siempre dependientes no solo del nivel de estudio alcanzado en los augustos misterios masónicos, sino del trabajo que cada uno ha hecho para alcanzar un grado de madurez masónica, así como el de madurez personal, que definitivamente revelará ante sus ojos, el misterio que encierra esta imagen, abstracta e incomprensible para una mente no entrenada; que si bien no necesariamente pertenece a la simbología oficial, es perfecta para crear una imagen mental en aprendices y compañeros y por supuesto en maestro masones, que ayude a reflexionar en lo que debe ser, no solo el trabajo de esculpirse, sino cuantas dimensiones de nuestro ser son posibles de ser deslastradas.

Al desarmar la imagen que hemos propuesto, encontramos en primer lugar, al humano (El cuerpo), multidimensional, complejo, único. Si intentamos identificar a este magnífico ser, debemos comenzar por su corporeidad, es decir su lugar físico, de delicado equilibrio, el cual debe atender conscientemente, so pena de dañar ese preciado vehículo; repositorio para algunos de la mente, sitio no determinado aún, pero al cual se le identifica como la genuina chispa de dios en el hombre, capaz de crear universos y destruirlos con un solo trillar de dedos.

El mazo (El alma): símbolo de la fuerza o del poder temporal, que mal utilizado quiebra o daña sin mucho esfuerzo, hasta el más duro de los materiales.

El cincel (El espíritu): símbolo de la voluntad, que sin dirección y sin sapiencia deformará hasta la intención más valiosa, desfigurando una preciosa obra de arte, convirtiéndola en vulgar parapeto.

Esta visión holística del masón y su entorno, debe ser la guía para el estudio del comportamiento ético masónico. 

Muchos son los arquetipos que podemos utilizar para crear un análisis de la enseñanza masónica y su ética intrínseca, que nos lleve a la conclusión que intentamos determinar desde el principio de esta plancha: La simbología masónica, es el reflejo de la ética masónica, la cual está basada en el trabajo. 

Por sí mismos, los símbolos y los signos utilizados en los ritos y rituales; son una amplísima cantera de conocimientos, que deben ser aprovechados en las diferentes cámaras; no solamente para el análisis del significado masónico, sino para concientizar que la vida masónica no se realiza solamente dentro de las logias; que el conocimiento adquirido debe ser practicado día a día, y que no se estudia para saber solamente, se aprende para llevar a cabo. O dicho en otras palabras: “Las enseñanzas masónicas no solo se deben aprender, deben ser aprehendidas.”

Los masones, a lo largo de la historia hemos sido garantes de tradición y conocimiento, ejemplos de ética; ciudadanos ejemplares que se han convertido en modelo para generaciones. Esto ha sido posible por la puesta en práctica por parte de estos hermanos, de los principios éticos masónicos en su vida cotidiana.

El trabajo de los masones operativos, que aún vive en las hermosas construcciones, es el ejemplo más fiel de cómo lo físico y lo espiritual, se pueden unir en una armonía que cause asombro por su belleza, y respeto por su significado. Por su parte, los masones especulativos, debemos buscar esa armonía en nosotros mismos, y tratar de construirla alrededor nuestro; enseñando con el ejemplo y estando conscientes de que el secreto masónico no reside en los símbolos de la masonería; reside en el valor profundamente ético-masónico que cada hermano debe darles, para luego aplicarlos en sí mismo y en su comunidad.”

Nos despedimos con un TAF y con los Signos (SSig) Palabras (PPal) y Tocamientos (TToc) que nos son conocidos.

SFU








Ramón Osiris Blanco Domínguez
  Muy Respetable Gran Maestro                         
                                  
Isidro Toro Pampols
                                                                                               Presidente de la Gran Comisión
        de Instrucción Masónica

Ap:. 22 enero, 2019


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