Bernardo de
Montfaucon (1655 - 1741) fue un monje benedictino de la congregación de San Mauro (maurista)
francés, historiador, traductor, bibliógrafo, paleógrafo y editor de textos
patrísticos. Este intelectual estudio la palabra abraxas y la relacionó con siete amuletos(*): con cabeza
de gallo, de león, de Serapis, con cabeza de Anubis, humana con alas y sin
alas, sin figura pero con inscripción hebrea, además de otros menos conocidos.
Algunos diccionarios hablan de abraxas como un talismán(1) de
origen gnóstico y se le relaciona con Basilides, el pitagórico.
Basílides fue
uno de los más célebres gnósticos. Vivió a finales del siglo I y comienzos del
II de nuestra era en Alejandría. Su tesis explica, según críticos cristianos de
la época, ya que es por esa vía como se conoce la mayor parte de su obra, que toda existencia deriva de una divinidad
suprema inconcebible, de la que se engendran, en sucesivos despliegues,
numerosos estratos, el último de los cuales es nuestro mundo. Del Dios supremo habían
surgido 365 cielos, uno de los cuales -el nuestro- encierra un mundo
"sublunar" y está gobernado por un demiurgo subalterno: gobernado por
el dios de los judíos.