La primera ley de la termodinámica
establece: “la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma”, este
axioma no plantea el destino final de la energía, mientras que la segunda ley, trata la tendencia hacia el desorden de la
misma.
Tener presente estas leyes de la física,
propias del mundo manifestado, nos permite comprender como se trasforma la L.·.,
en la medida en que se aleja del Oriente y se diluye en las tinieblas del Occidente.